Pues estamos a las puertas de abril, lo que para muches autistas significa tener que aguantar todo el mes con toda la parafernalia azul, especialmente el día 2, que es el Día Internacional del Autismo. Sin les autistas, en mi humilde y personal opinión.
Es en esta época del año cuando las diferentes asociaciones hacen diferentes campañas para concienciar sobre nuestro neurotipo, y dejad que os diga una cosa: yo creo que la sociedad ya está concienciada. Ya saben que el autismo existe, y tienen una idea general de lo que es. El siguiente paso sería enseñar a la sociedad a aceptar a quiénes somos autistas. Pero claro, eso implica un esfuerzo y una labor emocional que muchísima gente no quiere hacer.
Y aquí es donde entraría la campaña de Autismo España, Llamémoslo por su nombre. La idea es mostrar que, dentro del espectro autista, no hay dos personas iguales. Y, en mi opinión, lo han conseguido. Me gusta que las cuatro personas mostradas en su vídeo de dos minutos tengan perfiles diferentes.
Cierto es que ha habido críticas en Twitter respecto al hecho de que, por ejemplo, no hay representación LGBT+, y aunque es algo en lo que estoy de acuerdo, quiero añadir una observación: teniendo en cuenta que esta es una campaña a nivel estatal, en el caso de que algune de les participantes forme parte del colectivo, pueden no sentirse cómodes saliendo del armario. Especialmente teniendo en cuenta que el mundo está girando tan rápido como peligrosamente hacia el fascismo. Resumiendo: mucha gente no querría ponerse una diana, por si acaso los amigos del tío del Charizard ganan las próximas elecciones.
La otra gran crítica que he visto es que usan tanto “tiene autismo” como “es autista” en el vídeo y los tuits asociados a la campaña, y esto se puede defender bastante rápido: probablemente sea cómo estas personas se sientan cómodas hablando de su identidad. Si alguien se siente mejor diciendo que tiene autismo en lugar de decir que es autista, siempre y cuando sea una decisión personal y no una imposición exterior, me parece correctísimo. Nadie debe explicaciones respecto a su retórica personal.
Ahora, hay algo que sí se le puede, y debe, criticar a Autismo España. Es incoherente a más no poder crear esta campaña para intentar mostrar que el espectro autista es diverso y único; y a la vez apoyar la iniciativa Ilumina de Azul, o Light It Up Blue, como Autism Speaks originalmente la creó. Es como esa gente que se define anarcocapitalista, ¿cómo puñetas quieres crear una sociedad en la que nos podemos autogobernar sin la necesidad de un Estado, mientras aún quieres estar anclade en el marco capitalista? Así suena la cosa.
Esto, amigues lectores, tiene un nombre: neurodiversidad performativa, o neurodiversidad lite. Básicamente, lo que ha hecho Autismo España ha sido coger un par de elementos, como mostrarnos un grupo moderadamente diverso de personas autistas, hacer una versión aguada y bicolor del infinito arcoíris para acompañar y, en la misma página web, abusar del uso del color azul y publicitar Ilumina de Azul. ¡Todo a la vez! Llamadlo incoherencia, disonancia cognitiva o neurodiversidad performativa, pero todo esto responde al obvio objetivo último: dinero.
Es necesario entender que Autismo España es una confederación de diversas asociaciones del estado español, y que al fin y al cabo, estas se financian a través de donaciones. Ahora, y quiero dejar claro que hablo con desconocimiento del funcionamiento interno de estas asociaciones, ¿qué porcentaje del dinero obtenido se utiliza en apoyo directo a la comunidad autista? Porque como sea el mismo porcentaje irrisorio de Autism Speaks, ¿cuál es el punto?
Y aquí no acaba la cosa. Hay una cosa que llevo muchísimo tiempo preguntándome de forma retórica. Esencialmente porque todes sabemos la respuesta. ¿En qué nos beneficia a la comunidad autista que haya un puñado de edificios que decidan usar luces azules un día al año, el cual ha sido elegido arbitrariamente? Porque esas lucecitas no nos van a dar los apoyos y las ayudas que necesitamos para tener cierta calidad de vida. Ilumina de Azul no es nada sino más performativismo.
Y es aquí donde debo volver a mi punto inicial: que sí, que concienciar está muy bien, pero ya hemos progresado más allá de este punto. Hay que proseguir con aceptación. No obstante, muchas personas no quieren hacer la labor emocional que supone darse cuenta de que todes, en mayor o menor medida, tenemos una cantidad considerable de capacitismo interiorizado.
Debido a esto, desde el asociacionismo, en lugar de proseguir por el camino lógico humanista, aceptación; deciden proseguir por el camino lógico capitalista, neurodiversidad performativa. Si la sociedad aceptara a las personas autistas, estas asociaciones corren un riesgo enorme de volverse obsoletas, y eso significa perder varios sueldos. Algunos posiblemente muy abultados. Y claro, desde su perspectiva, ¿queremos que eso ocurra?
Y eso que hay algo que he tardado un poco en caer porque, bueno, racismo interiorizado. ¿Dónde hay representación racializada en esta campaña? ¿Dónde, que yo la vea? ¡Nada, otro melón que abrir!
Algunes intentarán defender a Autismo España diciendo que somos nosotres, les autistas de “ahí afuera”, quienes debemos unirnos bajo su hashtag y su infinito bicolor para mostrarle a la sociedad que hay mucha más diversidad fuera del vídeo principal. Y no, nadie tiene por qué.
En mi opinión personal, no le debo labor a esta confederación de asociaciones. Cuando hablo o escribo de autismo, lo hago como individuo. De ahí que escriba en este blog, o tuitee en mi cuenta personal de Twitter: porque soy consciente de que mi punto de vista ha sido moldeado por mis experiencias individuales, y eso garantiza que haya personas que no estén de acuerdo conmigo. Solo porque compartamos neurotipo no quiere decir que tengamos que estar de acuerdo en todo, ¿y sabéis qué? ¡Eso es bueno! No somos una mente colmena. Y personalmente, no quiero que esta comunidad se vuelva así.
Por eso no me veréis en mis redes sociales posando con un infinito bicolor. No puedo apoyar una iniciativa que, en el fondo, persigue unos objetivos con los que no estoy de acuerdo. Porque sí, en la superficie la iniciativa está bien, pero una vez empiezas a rascar, la campaña se queda vacía. O se llena de incoherencias, como os guste más verlo.
En cuanto a mí, sé que el día 2 hablaré por mi cuenta, en Twitter, por medio de tuits y un espacio en el que hablaré casi de lo que surja. Creo que permitirme el ser yo misme, desde mis propias condiciones, puede ayudar más que usar el paraguas de grupos que probablemente no compartan mis intereses. Pero claro, allá yo con mis movidas. Y allá Autismo España con las suyas.