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lunes, 29 de mayo de 2023

Lavado Arcoiris

Hombre huyendo de un tornado lleno de fotos de perfil de empresas con el arcoiris LGBT
 … Pues junio se acerca.

Por si no tenía suficiente con todo el mareo azul de abril, con todo lo que ello conlleva, junio no es mucho mejor. Es más, ya ha salido la discusión bi/pan y ahora, gracias a los resultados de las elecciones locales, la gente también habla de lo mucho que el PSOE ha hecho por la comunidad LGBT+. Como persona no binaria, permitid que lo dude.

El caso es… ¡Junio se acerca!

La leyenda narra que, en la medianoche del 1 de junio, al morir el eco de la decimosegunda campanada, una marabunta de empresas, restaurantes y tiendas cambiarán su imagen de perfil en toda red social habida y por haber, enseñando un arcoiris, tratando de contarnos que los derechos LGBT+ les importan. O eso dicen, porque si os fijáis, en los perfiles que usan en Oriente Medio, ese cambio no ocurre. ¿Por qué? Porque ser parte del colectivo es ilegal. Pena de muerte, tipo de ilegal.

Esto, amigues, se llama performativismo, o activismo performativo. Acciones destinadas a mostrar apoyo a ciertas comunidades o causas, sin hacer realmente nada material. En este ejemplo, podemos hablar del término pinkwashing, que seguro que os suena muchísimo más. U otro ejemplo: cada 2 de abril, con motivo del Día Mundial del Autismo, el asociacionismo azul se organiza para que haya cientos de edificios iluminados de azul. Lo que Autism Speaks llama #LightItUpBlue. Sí, con el hashtag y todo para hacerlo más #trendy.

Pero… ¿Tiene alguna finalidad práctica? ¡No, claro que no!

En ambos casos, estas acciones responden a la necesidad capitalista de crear un márketing positivo, con pos de atraer más negocio. Pero, de nuevo, ¿hacen algo material?

Esto me hace recordar aquel spot que Starbucks hizo en 2019, enfatizando el hecho de que apoyan a la comunidad LGBT+, con un foco especial a la T, lo cual es un tanto debatible porque hay una historia un tanto reciente que prueba que prefieren despedir a sus trabajadores, aunque todo apunte a la posibilidad de que estén siendo víctimas de un crimen de odio. Sé que hay más ejemplos de Starbucks despidiendo a trabajadores trans en casos en los que su imagen como empresa peligra, pero ya se sabe lo roto que va Google.

Pero eh, que los señores no se quedan atrás vendiendo merchandising con arcoiris y demás. Porque ya se sabe, poderoso caballero es Don Dinero. Y otro trapo sucio que he encontrado: Starbucks ha intentado usar el seguro médico de sus trabajadores trans como arma para evitar que éstes se unionicen.

Pero nada, chiques, digamos que apoyamos al colectivo y que les cuidamos de verdad. No sé yo, Starbucks, y menos mal que no soy una persona de bebidas calientes. Pues a esto me refiero con performativismo. Y por eso cada vez soy un poquito más cínique respecto a este tema. El ejemplo de Starbucks puede parecer cogido con pinzas, pero hay muchos más ahí afuera.

¿Y sabéis qué es lo peor? Que el Orgullo en Reino Unido no es una cosa de junio y ya está. ¡Noooo! Porque Birmingham ya tuvo su orgullo el fin de semana pasado, creo. Blackpool lo suele tener a mediados de junio. Chester lo solía tener en julio. ¡Y Manchester lo hace a finales de agosto!

Por suerte, tan pronto como sea 1 de julio, mucha de la parafernalia arcoiris se guardará en un baúl para usarla el año siguiente, pero todo este lavado de cara que pasa en junio no es algo que me haga ilusión. No quiero aliades temporales, porque quienes somos LGBT+ lo somos cada día de nuestras vidas, y si algo he aprendido es que prefiero ver acciones pequeñas, pero sinceras. Haced márketing con otra cosa; a menos que sea una cosa que os toque en primera persona.

A ver si este año nos tomamos en serio el meme del mes de la Furia, porque yo sinceramente estoy hasta los cojones de tanta hipocresía, tanta transfobia y tanta discusión tonta interna.

lunes, 10 de abril de 2023

La policía del autismo

Dos agentes de policía, salidos de Bob Esponja, mirándose de reojo con gozo.
¡Alto ahí, piltrafillas!

Enseñadme vuestros carnés de autistas. Para hoy. Que si no me cierran el Dunkin y la vamos a tener.

… vale, no. No quiero que me enseñéis nada. Sobre todo considerando que ahora tengo el monopolio de producción de carnés de autizmo (?. Pero seguro que esta situación es algo que todes hemos vivido en nuestras carnes, al menos una vez.

Gente, que seguramente no nos conozca de nada, o como mucho la podamos catalogar de “conocides”, nos pide pruebas y explicaciones sobre nuestro autismo. Como si se lo debiéramos, porque el ser diferentes nos hace menos, o algo así.

O como a mí me gusta llamar a este tipo de personas: policías del autismo.

¿Y por qué existen? Porque hay gente ahí afuera, que en lugar de escuchar y aprender, simplemente han interiorizado la realidad más extrema del espectro autista, que son aquellas personas que son no hablantes, posiblemente con discapacidad intelectual y que necesitan un nivel bastante elevado de apoyos para poder tener una vida digna. Sí, ignorando que hay muchas formas de ser autista ahí afuera, y que no todes estamos en ese nivel.

Y si lo estuviéramos, ¿y qué?

El caso: que como no somos lo que elles (erróneamente) creen que es el autismo, pues claro, nos ponen en duda. Y aquí es donde la cosa se pone fea. Porque si les quieres mostrar pruebas, podrán decir que no son reales. O pueden pedir más. Porque dejad que os diga una cosa: nunca es suficiente para esta gente. Absolutamente nunca.

¿Pero qué pasa si eres autodiagnosticade? ¿O estás esperando a que te hagan las pruebas, pero tú estás convencide? ¿O simplemente no quieres un diagnóstico por la razón que sea? ¡Ah, no! ¡Vosotres estáis diciendo que sois autistas porque queréis casito, paguitas y toda la parafernalia! Porque no os olvidéis: ser discapacitades es un chollo, según les policías.

Lo que este tipo de gente no entiende es que no tienen derecho a exigirnos pruebas de que somos autistas. Porque no hace falta ser genies para saber que el 99,99% de estas personas no tienen una formación relacionada con la salud mental, y por lo tanto, cualquier documento médico les puede parecer muy complicado de entender, o simplemente, falso. Y de nuevo, si no existen documentos, por la razón que sea, tampoco tenemos que entrar en profundidad por qué sabemos que somos autistas.

Porque estes policías disparan primero y luego preguntan.

No vale la pena intentar razonar con elles, porque a la mínima nos van a invalidar. ¿Que tenemos trabajo? ¿Pareja? ¿Amigues? Pues ya está, somos autistas de chichinabo, que tenemos que tener alguna razón para ir por ahí diciendo que lo somos.

Y de nuevo, no podrían estar más equivocades.

¿Cuántas veces hemos dicho que somos autistas y nos han mirado con caras de disgusto? ¿O nos han dicho el típico “Pues tú no pareces autista”? ¿O nos han tratado como si fuéramos Rain Man? Ser autista no es el chollo que estes capacitistas creen que es. Porque es lo que son: unes capacitistas de aúpa.

Hace tiempo expliqué por qué ser autista no es guay, y es algo que mantengo a día de hoy. No, la sociedad nos trata fatal por eso de que somos diferentes, y ya se sabe, la gente teme todo aquello que no entiende. Así normal que queramos buscar comunidad. Vivir sintiendo que eres une rarite y que nadie de tu alrededor te entiende es agotador. Y si encima tenemos a gente intentando juzgar qué es y qué no es autismo desde su limitadísimo conocimiento… Apaga y vámonos.

Como siempre digo: tienen derecho a cero explicaciones, y da igual cómo se pongan, mi expediente médico no va a cambiar solo porque elles no están de acuerdo. Ahí va a seguir diciendo que soy autista. Mi cerebro tampoco va a cambiar. Yo nací autista y me voy a morir autista. Al igual que todes nosotres.

Así que nada… Si eres une de les policías del autismo y este texto te ha molestado, te voy a dejar un regalito.

Bob Esponja con un arcoiris. En la zona de abajo dice "Fuck the Police" Que le jodan a los maderos.

Ojalá poder ponerme este Bob Esponja en una camiseta, pero la imagen es de baja calidad… ¿Pero a vosotres? Pues que os jodan un ratito.

domingo, 26 de marzo de 2023

La incoherencia de Autismo España

Pues estamos a las puertas de abril, lo que para muches autistas significa tener que aguantar todo el mes con toda la parafernalia azul, especialmente el día 2, que es el Día Internacional del Autismo. Sin les autistas, en mi humilde y personal opinión.

Es en esta época del año cuando las diferentes asociaciones hacen diferentes campañas para concienciar sobre nuestro neurotipo, y dejad que os diga una cosa: yo creo que la sociedad ya está concienciada. Ya saben que el autismo existe, y tienen una idea general de lo que es. El siguiente paso sería enseñar a la sociedad a aceptar a quiénes somos autistas. Pero claro, eso implica un esfuerzo y una labor emocional que muchísima gente no quiere hacer.

Y aquí es donde entraría la campaña de Autismo España, Llamémoslo por su nombre. La idea es mostrar que, dentro del espectro autista, no hay dos personas iguales. Y, en mi opinión, lo han conseguido. Me gusta que las cuatro personas mostradas en su vídeo de dos minutos tengan perfiles diferentes.

Cierto es que ha habido críticas en Twitter respecto al hecho de que, por ejemplo, no hay representación LGBT+, y aunque es algo en lo que estoy de acuerdo, quiero añadir una observación: teniendo en cuenta que esta es una campaña a nivel estatal, en el caso de que algune de les participantes forme parte del colectivo, pueden no sentirse cómodes saliendo del armario. Especialmente teniendo en cuenta que el mundo está girando tan rápido como peligrosamente hacia el fascismo. Resumiendo: mucha gente no querría ponerse una diana, por si acaso los amigos del tío del Charizard ganan las próximas elecciones.

La otra gran crítica que he visto es que usan tanto “tiene autismo” como “es autista” en el vídeo y los tuits asociados a la campaña, y esto se puede defender bastante rápido: probablemente sea cómo estas personas se sientan cómodas hablando de su identidad. Si alguien se siente mejor diciendo que tiene autismo en lugar de decir que es autista, siempre y cuando sea una decisión personal y no una imposición exterior, me parece correctísimo. Nadie debe explicaciones respecto a su retórica personal.

Ahora, hay algo que sí se le puede, y debe, criticar a Autismo España. Es incoherente a más no poder crear esta campaña para intentar mostrar que el espectro autista es diverso y único; y a la vez apoyar la iniciativa Ilumina de Azul, o Light It Up Blue, como Autism Speaks originalmente la creó. Es como esa gente que se define anarcocapitalista, ¿cómo puñetas quieres crear una sociedad en la que nos podemos autogobernar sin la necesidad de un Estado, mientras aún quieres estar anclade en el marco capitalista? Así suena la cosa.

Esto, amigues lectores, tiene un nombre: neurodiversidad performativa, o neurodiversidad lite. Básicamente, lo que ha hecho Autismo España ha sido coger un par de elementos, como mostrarnos un grupo moderadamente diverso de personas autistas, hacer una versión aguada y bicolor del infinito arcoíris para acompañar y, en la misma página web, abusar del uso del color azul y publicitar Ilumina de Azul. ¡Todo a la vez! Llamadlo incoherencia, disonancia cognitiva o neurodiversidad performativa, pero todo esto responde al obvio objetivo último: dinero.

Captura de pantalla de diamundialautismo.com, donde podemos ver tanto la campaña Llamémoslo por su nombre, así como Ilumina de Azul, y el uso principal de los colores blanco y azul.

Es necesario entender que Autismo España es una confederación de diversas asociaciones del estado español, y que al fin y al cabo, estas se financian a través de donaciones. Ahora, y quiero dejar claro que hablo con desconocimiento del funcionamiento interno de estas asociaciones, ¿qué porcentaje del dinero obtenido se utiliza en apoyo directo a la comunidad autista? Porque como sea el mismo porcentaje irrisorio de Autism Speaks, ¿cuál es el punto?

Y aquí no acaba la cosa. Hay una cosa que llevo muchísimo tiempo preguntándome de forma retórica. Esencialmente porque todes sabemos la respuesta. ¿En qué nos beneficia a la comunidad autista que haya un puñado de edificios que decidan usar luces azules un día al año, el cual ha sido elegido arbitrariamente? Porque esas lucecitas no nos van a dar los apoyos y las ayudas que necesitamos para tener cierta calidad de vida. Ilumina de Azul no es nada sino más performativismo.

Y es aquí donde debo volver a mi punto inicial: que sí, que concienciar está muy bien, pero ya hemos progresado más allá de este punto. Hay que proseguir con aceptación. No obstante, muchas personas no quieren hacer la labor emocional que supone darse cuenta de que todes, en mayor o menor medida, tenemos una cantidad considerable de capacitismo interiorizado.

Debido a esto, desde el asociacionismo, en lugar de proseguir por el camino lógico humanista, aceptación; deciden proseguir por el camino lógico capitalista, neurodiversidad performativa. Si la sociedad aceptara a las personas autistas, estas asociaciones corren un riesgo enorme de volverse obsoletas, y eso significa perder varios sueldos. Algunos posiblemente muy abultados. Y claro, desde su perspectiva, ¿queremos que eso ocurra?

Y eso que hay algo que he tardado un poco en caer porque, bueno, racismo interiorizado. ¿Dónde hay representación racializada en esta campaña? ¿Dónde, que yo la vea? ¡Nada, otro melón que abrir!

Algunes intentarán defender a Autismo España diciendo que somos nosotres, les autistas de “ahí afuera”, quienes debemos unirnos bajo su hashtag y su infinito bicolor para mostrarle a la sociedad que hay mucha más diversidad fuera del vídeo principal. Y no, nadie tiene por qué.

En mi opinión personal, no le debo labor a esta confederación de asociaciones. Cuando hablo o escribo de autismo, lo hago como individuo. De ahí que escriba en este blog, o tuitee en mi cuenta personal de Twitter: porque soy consciente de que mi punto de vista ha sido moldeado por mis experiencias individuales, y eso garantiza que haya personas que no estén de acuerdo conmigo. Solo porque compartamos neurotipo no quiere decir que tengamos que estar de acuerdo en todo, ¿y sabéis qué? ¡Eso es bueno! No somos una mente colmena. Y personalmente, no quiero que esta comunidad se vuelva así.

Por eso no me veréis en mis redes sociales posando con un infinito bicolor. No puedo apoyar una iniciativa que, en el fondo, persigue unos objetivos con los que no estoy de acuerdo. Porque sí, en la superficie la iniciativa está bien, pero una vez empiezas a rascar, la campaña se queda vacía. O se llena de incoherencias, como os guste más verlo.

En cuanto a mí, sé que el día 2 hablaré por mi cuenta, en Twitter, por medio de tuits y un espacio en el que hablaré casi de lo que surja. Creo que permitirme el ser yo misme, desde mis propias condiciones, puede ayudar más que usar el paraguas de grupos que probablemente no compartan mis intereses. Pero claro, allá yo con mis movidas. Y allá Autismo España con las suyas.

domingo, 19 de marzo de 2023

Suspendidas en empatía

***ALERTA DE CONTENIDO***

Este es un texto que trata sobre LGBT+fobia, más concretamente transfobia y enbifobia, y capacitismo en forma de misautismia. Si no estás mentalmente preparade para leer esto, por favor, deja la página. Cuídate.

Una foto de stock mostrando el torso de una enfermera.
Bueno, pues vuelvo a tener movidas de salud. Esta vez era algo más predecible. En fin, podría ser peor, creo.

El caso es que tengo varias historias de terror, de personas cercanas y mías propias, que me hacen cuestionar la humanidad de quiénes trabajan en los sistemas de salud. Estas historias, para sorpresa de nadie, suelen estar relacionadas con dos cosas: neurodiversidad e identidad de género.

Bueno, amigues, os traigo una historia fresquita con elementos de ambas cosas. ¿Por qué? Pues mira, porque puedo, y porque me tocó mucho las narices.

Pero eso, salud meh. Voy a ser brutalmente sincere: era una semana de mierda. Tan de mierda que mi jefe me dijo que me tomara el resto de la semana libre. Así de fea estaba ya la cosa.

Dos enfermeras pensaron que era una buena idea hablar de mis partes privadas. Porque claro, parece ser que nadie entendió lo que estaba pasando cuando tuve que cambiar mi nombre en el médico y en mi carné provisional de conducir tengo como título Mx, porque yo soy une señore. Y claro, si hay algo que llevo peor que me traten con un nombre diferente o con los pronombres erróneos es… Que me malgenericen en base a mi aspecto. Así que me tuve que defender.

Quizá esta es de una de esas veces en las que, en lugar de defenderme, tendría que haberme callado y proceder a imaginarme a las susodichas convertidas en kebabs, a lo Vlad el Empalador. Porque el enbisplaining les quedó cojonudísimo.

Me dijeron en mi cara bonita que eso de ser no binaries era una cosa muy nueva para ellas (xd), que yo ya era una persona no binaria completamente transicionada (xdxd), y que como yo había elegido no ser un hombre o una mujer, pues ya está, que como médicamente solo se puede ser hombre o mujer, no hay más que hacer. Y ya está, ¿no? Pues mira, menos mal que después de escuchar estas santas gilipolleces me dije que lo mejor era callarme, porque si dos personas de más o menos de mi edad salen con estas tonterías, es que sencillamente no se puede razonar.

Es como cada vez que Sam Smith respira, siempre tiene que haber algune liste intentando burlarse y hacer el chiste fácil. Y todo porque Sam ha salido del armario como persona no binaria y está explorando cómo expresar su género. Pues como eso está muy feo en Isla T3RF, pues bueno, siempre tiene que haber alguien gritando “¡Pero la gente de hoy en día se quiere ofender por todo!”. Real que he escuchado esto en la cola de la farmacia. Pero esta es una historia que mejora muchísimo desde el punto de vista de mi novia.

Podría escribir un poco más sobre cómo a la sociedad inglesa, en general, le están programando la cabeza para convertirles en esclaves de la extrema derecha. Y aunque es algo interesante de lo que podría escribir… La verdad es que hoy no toca. Porque amigues: esto sigue para bingo.

No contentas con explicarme cómo ser no binarie desde su perspectiva como mujeres cis, cuando llegó la parte de hablar sobre mi salud mental… ¡Cielo santo, algún día voy a tener que aprender a callarme! Lo digo porque, al parecer, admitir que vivo cansade porque mi autismo hace que me canse más rápido, sobre todo cuando tengo que socializar, es una gilipollez como una casa (xddddd).

¡Que no, amigues! Que lo de cansarme después de socializar no es verdad, que eso de autoaislarme como mecanismo para conservar mis cucharas es de lo peorcito que me puedo hacer, y que tengo que aprender a ser más neurotípique, yaaaaaaay. ¡Viva el neurofascismo!

Lo gracioso es que estas enfermeras, sin ser realmente conscientes de la ironía, me estaban dando los argumentos perfectos para ser une ermitañe social. Mirad, les autistas tenemos menos cucharas. Es más: el hecho de estar vives ya es algo bastante agotador para nosotres. La sociedad espera que enmascaremos nuestros rasgos autistas para poder formar parte de ella, pero a la misma sociedad se la sopla que esos actos de enmascaramiento tengan un precio muy alto para nuestra salud mental.

El caso: pues soy como Calamardo, el cual vive teniendo que soportar las tonterías marinas de Bob Esponja y Patricio. Sin embargo, la gente en sociedad no se acerca ni un poquito a los habitantes de Fondo de Bikini, lo que hace que socializar me agote muchísimo, especialmente si son gente “meh”, por así decirlo. ¡Soy más feliz siendo une ermitañe social!

Así que sí… La cita médica fue prácticamente innecesaria porque, aparte de violentarme por ser yo misme, apenas trataron lo que se supone que tenían que tratar. Me fui peor de lo que entré, mentalmente hablando. ¡Si hasta Reddit me ha dado más información que esas dos!

Este es el tipo de incidentes que me hacen preguntarme muy seriamente quién educa a les profesionales de la salud. Violencia obstetricia, misoginia sistemática, capacitismo, transfobia… De verdad que es algo que me da pena, porque sé que generalizar en estos casos es terrible. Y también sé que para dedicarse a esto hay que tener mucha vocación y dirigir toda tu vida a este fin, lo cual hace casos como el mío más tristes.

Mi doctora, por ejemplo, me podría haber mandado bien lejos cuando le dije que me quería hacer las pruebas del TDAH y leyó en mi historial que soy autista. ¡Pero no! En realidad, eso le hizo pensar que lo más probable es que fuera doblemente autista y TDAHista (o el término en español que más os guste). No obstante, también me he encontrado especialistas dándome información claramente errónea, como cuando un proctólogo pensó que usar ibuprofeno era buena idea para calmar el dolor de mi diverticulitis. Mal consejo, por cierto, porque hay estudios que indican que el ibuprofeno empeora el estado del colon, algo que quieres evitar a toda costa cuando tienes diverticulitis.

O gente sin empatía. Como mi cuñado, que resulta que es fisioterapeuta. Sí, el mismo cuñado que sacó a su propia hermana del armario trans. Así anda el patio.

¿En cuanto a estas enfermeras? Bueno, pues las dos suspendidas en empatía. Ojalá no tenga que aguantarles la bobería otra vez pero… En tres meses me toca verlas otra vez. Pero esta vez Lia se viene conmigo.

domingo, 12 de marzo de 2023

Lidiando con tests preliminares

Foto de stock mostrando un test y un lapicero amarillo.
¿Alguien se acuerda de mis intenciones de hacerme las pruebas del TDAH? ¿Y lo mal que parecía que todo estaba yendo?

Pues tengo buenas noticias: conseguí hablar con mi médico de cabecera acerca de ello, y ella está de acuerdo en que necesito esas pruebas. Y parece que la lista de espera en mi zona no es muy larga comparada con otras zonas del país. Así que bueno, las cosas avanzan. Despacito, pero avanzan.

Así, de sorpresa, tenía una carta bastante gruesa esperando por mí en el buzón, a principios de febrero. ¿Ya se me había ido la flapa comprando cartas de Pokémon? Pues no, era un puñado de tests preliminares, necesarios para avanzar en el largo y desconcertante camino de conseguir un diagnóstico de TDAH. Y creedme, no exagero con mis palabras.

Supongo que no soy la primera ni la última persona que está en este meollo, pero yo no tengo a nadie que pueda hablar de mi infancia. Porque mi madre es una narcisista y una maltratadora, hasta el punto de que no quiero ser vinculade con ella de ninguna manera. Y mi padre… Me limitaré a decir que sus problemas son, muy probablemente, consecuencia de vivir con TDAH sin diagnosticar. Es que por no tener a nadie, no tengo amigues, o nadie de fiar, que pueda dar fe de los contados recuerdos que tengo de mi infancia. ¡Es que ni siquiera vivo en el mismo país!

Para aquelles que estéis pensando en meteros de lleno en el proceso de obtener un diagnóstico, mi consejo es que cuidéis mucho vuestra salud mental, porque os va a tocar recordar cosas de épocas de vuestras vidas que pueden no ser muy favorables. Los tests preliminares que he rellenado preguntan por cosas como mi época escolar, si era víctima de bullying, si se me culpaba por ese bullying, si mis notas tenían sentido de acuerdo a mi esfuerzo académico… Mil cosas.

Pero ojo, también preguntan cosas de tu vida adulta que ya son más delicadas, como consumo de drogas o problemas con la autoridad. Aunque esta parte no ha sido la peor para mí, lo cierto es que ha sido un ejercicio de vulnerabilidad bastante duro, hasta el punto de que he decidido omitir un detalle pequeño y que sé que no cambiará las cosas, pero que sacar a la luz podría causarme un episodio bastante malo de estrés postraumático.

Y los tests… ¡Cielo santo, los tests! Cierto es que la mayoría son los típicos pre-screener tests que puedes encontrar fácilmente en otras páginas webs, y que ya me recomendaban buscar ayuda profesional. Pero el hecho de que he necesitado unos cuantos días para rellenar todo debería reflejar la magnitud del papeleo que he rellenado.

A mi novia le ha tocado hacer un test respecto a mis síntomas actuales. Para asegurarme de no influir sus respuestas, le pedí que lo rellenara cuando yo estuviera en la ducha. Fue una buena idea, porque así ella podía ser honesta con sus observaciones, que no están muy lejos de las mías propias.

Al final, he revisado con cuidado cada página y he enviado el formulario completo de vuelta, mucho antes de la fecha límite. Me conozco demasiado bien, y sé que si lo voy dejando al final la liaré muy parda. Y esto no es una situación de “llámanos antes de dos semanas o te quitamos de la lista de espera”. En este caso me dieron cuatro semanas completas. Apenas he necesitado dos. Pero de nuevo: me conozco. Soy del club que prefiere matarse una tarde y acabarlo todo lo antes posible, porque la otra opción es hacerlo todo deprisa y corriendo el día antes. Y con las huelgas del servicio postal, es un juego peligroso.

En teoría, la lista de espera en mi zona es de nueve meses, según mi médico de cabecera. Contando con que se me ha añadido a la lista en diciembre, deberían hacerme las pruebas alrededor de agosto. Para ese entonces habré cumplido 32 años. Sé que no es tarde ni mucho menos, pero considerando que a mí el autismo se me diagnosticó de niñe, pues no sé… Ahora no es el momento de pensar en esto, creo. Lo que sí sé es que soy afortunade, porque sé de otras zonas de Reino Unido donde las listas de espera son de dos, tres y hasta cuatro años. Así normal que la gente al final acuda a la sanidad privada.

Sinceramente, me imagino a quién sea que tenga que leer mis formularios comiendo de un cubo enorme de palomitas. Porque vale, cierto es que no tengo problemas de adicción a sustancias, y tampoco problemas con la policía aparte de pensar que ACAB. Sin embargo, el tener que hablar sucintamente de mis problemas familiares, de los problemas de salud que circulan por mi familia y todo el dramote de “Mira, que sí, que ya sé que soy autista y tal, pero es que te digo yo que muchas de estas movidas no las explica el autismo” es, cuanto menos, interesante. Y se preguntarán: “¿Y a nadie se le ha ocurrido hacerte las pruebas de TDAH antes?” Y yo tendré que decirles que incluso yo creía que mi autismo y el TDAH estaban tan mezclados que no tenía punto. Pero vaya si lo tiene.

No, si al final le voy a tener que dar las gracias a los TikTok que han llegado a Facebook por darme la hostia de realidad que necesitaba. Porque sin ese golpe no habría llegado aquí. Pero todavía queda.

De momento, los papeles ya están mandados.

miércoles, 15 de febrero de 2023

Te hemos fallado, Brianna

***ALERTA DE CONTENIDO***

Este es un texto que trata sobre actos violentos acontecidos recientemente, y que contiene menciones de muerte y transfobia. Si no estás mentalmente preparade para leer esto, por favor, deja la página. Cuídate. 

Una chica con gafas y una larga melena pelirroja sonríe a cámara. Es Brianna Ghey.

Esta es Brianna Ghey. O era, porque la han matado.

Puede que me esté columpiando un poco escribiendo esto. En serio, llevo pensando si debería abrir mi bocaza cibernética desde el lunes. Pero cuando un crimen tan atroz pasa tan cerca de casa, las entrañas se te retuercen de formas muy extrañas. O así por lo menos es como me siento.

Porque sí, Culceth Linear Park está a, más o menos, quince kilómetros de distancia de mi casa. Estoy muy indignade, pero también muy asustade, así que supongo que callarme nunca fue una opción válida.

Hay algo que necesitáis saber sobre Brianna. Ella era una chica trans. Si esto estaba relacionado o no con su brutal asesinato aún no se sabe. Lo que sí se sabe es que el comportamiento de ciertos medios de comunicación ha sido deleznable. The Times y Daily Express no solo se dedicaron a malgenerizar a esta chica. También tuvieron la desfachatez de publicar su necrónimo. Porque para estos tabloides no era suficiente humillación que esta chica muriera apuñalada en un parque a plena luz del día. ¡No, qué va! Cierto es que al final The Times se han retractado y han quitado el necrónimo. Pero esto dice mucho de cómo los medios ingleses están influyendo en la transfobia que tenemos en Reino Unido día sí y día también.

Lo que no he visto a los medios mencionar es que Brianna estaba siendo víctima de bullying. ¿La razón? Ser una chica trans. Lo sé porque yo misme, con mis cuatro ojos lo he visto en Reddit. Amigues de Brianna han tenido que salir a contar que, a pesar de que ella era un encanto de persona, le estaban haciendo la vida imposible. Su instituto lo sabía. La policía lo sabía. ¡Hasta los políticos de Warrington lo sabían! ¿Y qué han hecho? Mirar a otro lado, hasta que el problema ya no se puede ignorar. O arreglar, porque ella ya no está.

Voy a dejarlo muy claro: la muerte de Brianna es una consecuencia material de la transfobia rampante que vivimos en Reino Unido. Incluso aunque la policía logre demostrar que su asesinato no ha sido motivado por razones de odio, Brianna es una víctima de esta lacra. El silencio institucional respecto a un hecho tan escalofriante, la forma en la que los medios de comunicación han socavado la dignidad de esta chica e, incluso, las ya-sabemos-quiénes de Twitter alegrándose de su muerte… De verdad, si ha habido algún momento en el que me he dicho “Joder, odio a la gente”, ha sido este.

Lo peor es que, pensándolo fríamente, este puede ser el primer de muchos asesinatos alimentados por el odio. O, por lo menos, el primero del que tenemos constancia como sociedad, y eso sin contar con aquelles que se han ido por su propia voluntad. Y, por mucho que quiera creer que los tránsfobos son una minoría muy ruidosa, lo cierto es que cuando todo lo que escuchas respecto a las personas trans son discursos de odio, al final acabas interiorizando toda esa bilis. ¿Y quién sabe? Quizá ese odio era lo que estaba cegando a les dos chiques que acabaron con ella.

Muches pensaréis que esto va a ser un toque de atención. Pero creedme: algunes ven esto como una victoria. Porque les da igual que haya una familia que va a pasar por un proceso de luto bastante doloroso, un círculo de amigues que ya no será igual y una comunidad que tendrá dificultades para confiar en sus vecines. ¡La tr*vesti ha muerto! ¡Yaaaay!

Voy a ser brutal: la sociedad inglesa, en general, ha fallado a Brianna. Los de arriba han permitido que los discursos de odio florezcan como narcisos en primavera, los medios de comunicación les han dado alas, las falsas feministas los extienden aún más y el silencio de los demás los ha solidificado. ¿Siendo honestes? Siento que hasta yo misme, en mi posición de persona no binaria existiendo lo más fuera del armario posible, tengo la culpa.

Hay muchísimo que hacer, y hay que encontrar la forma de cortar esta lacra de raíz. Entiendo que muches camaradas trans quieren salir de esta isla como sea. No les culpo en absoluto. Pero como alguien que se fue de España y no va a volver porque ahí no tengo futuro alguno, sé que emigrar es una tirita. El fascismo está en todas partes, y en algunos sitios está creciendo más rápido que en otros. Hemos llegado al punto en el que esconderse no es una opción, y lo jodido es que cuando sabes que ya no te puedes esconder es cuando ya apenas hay remedio. Están aquí.

Hoy son las vidas trans. ¡Pero no os confundáis! El establishment inglés lleva años soltando bilis sobre las personas discapacitadas. ¿Y qué harán cuando ya no puedan joder más a les discas y a les trans? Buscarán otro eslabón débil. Y así, hasta que vengan a por ti, pero ya no quede nadie que pueda dar la cara.

Descansa en paz, Brianna. Prometo no dejar que esto se repita.

jueves, 9 de febrero de 2023

Accesibilidad, a medias

Una imagen de stock mostrando un pasillo de un supermercado.
A veces me toca hacer recados. Intento hacer un solo viaje por semana, para evitar sobrecargas y colapsos. Pero claro, debido a mi horario laboral, solo puedo hacerlo los fines de semana. Y eso significa supermercados llenos de gente y ruido.

Por eso creía que era buena aprovechar y hacer mis recados hoy, aprovechando mis vacaciones. Así no tengo que hacerlos el fin de semana y me doy tiempo para descansar y recuperarme. Tiene sentido, ¿verdad?

Bueno, sí. El Lidl estaba bastante tranquilo. Pero los dos otros supermercados… Igual que siempre, qué agobio. Lo gracioso es que, sin quererlo, fui a uno de ellos durante su “hora tranquila”. Dejad que os lo diga muy clarito: hora tranquila los cojones.

En teoría, cuando están en la hora tranquila, reducen el volumen de la música y tratan de minimizar el uso de luces, para que aquelles con sensibilidad sensorial no se sobrecarguen. Y bueno, no puedo juzgar lo de la música, por eso de que siempre llevo mis cascos. Pero lo de las luces… No había diferencia. Todas las neveras tenían las luces encendidas. La iluminación principal estaba al mismo nivel de siempre. En resumen: todo estaba igual que siempre.

No obstante, eso no es lo que me molesta. En teoría, la hora tranquila de este supermercado es… De lunes a jueves, de dos a tres de la tarde. ¿Y sabéis dónde estoy normalmente a esa hora?

¡En el trabajo!

Exactamente: es como si hicieran estas concesiones de accesibilidad en una franja horaria en la que, en teoría, hay menos público haciendo la compra. Sí, por eso de que mucha gente está trabajando. Por lo tanto, no se molesta al consumidor promedio, y al final el público que se beneficia es bastante reducido. En mi opinión, a menos que seas une adre que tiene que llevar a su peque autista al súper o alguien cuyos horarios de trabajo sean extraños o inexistentes, no te vas a beneficiar de medidas así.

Lo que me lleva a mi siguiente punto: la sociedad nos trata a las personas neurodivergentes como si dejáramos de serlo una vez alcanzamos la mayoría de edad. Esto es un error bastante grave, porque no solo no es verdad: deja barreras invisibles que nadie está dispueste a eliminar por nosotres.

Un ejemplo: hace no mucho tuve que cambiar los detalles de pago de una suscripción. ¿Cuál es la única forma de hacerlo? ¡Por teléfono! Porque aparentemente gestionar esa suscripción mediante una página web es mucho esfuerzo para elles, parece, así que es mejor tener una centralita. Al coste de dificultar o incluso imposibilitar el acceso a parte del público, parece ser.

Esto me hace pensar en las circunstancias de hace unos tres años. ¿Os acordáis de lo de tener que hacer colas para entrar en el supermercado? ¡Yo sí! Y dejad que os cuente por qué: por entonces tenía esa dichosa enfermedad que me hacía tener un control nefasto de mis necesidades corporales, así que tener que esperar en una cola más de media hora era, cuanto menos, una idea terrible. Que ojo, yo tuve suerte y les chiques del supermercado cerca de casa entendían que lo mío era por problemas de salud y me dejaron usar el baño un par de veces. No obstante, soy consciente que no siempre es así. Lo cual me está llevando a la conclusión a la que quiero llegar: no todas las discapacidades son iguales, y ofrecer una accesibilidad limitada no es una buena idea.

Sintiéndolo mucho por quien tuvo la idea de la hora tranquila, pero no es suficiente. Si hay supermercados de la cadena que pasan de hacerla y hay clientes que no pueden acceder a ella, ¿cuál es el punto? Y me diréis: pues entonces haz la compra online, quejica. La mayoría de cadenas que hacen entregas tienen un importe de cesta mínimo, y si necesitas un par de cosas y no una compra completa, no tiene sentido, porque al final acabas gastando mucho más dinero que si fueras al súper directamente a comprar las dos cosas que necesitas.

La accesibilidad debería ser el estándar. No quiero que vuelvan los límites de aforo, aunque en cierta manera me gusten. Pero sí que opino que poner música a todo trapo conseguirá que me dé prisa en lugar de ceder a las susodichas compras impulsivas. O el tema de las luces, que a este paso voy a acabar haciéndome unas gafas tintadas graduadas solo para poder estar a gusto fuera de casa. No hay dos personas discapacitadas iguales, pero puede que enfrenten problemas de accesibilidad parecidos. Hagamos nuestros espacios más accesibles para todes.

martes, 7 de febrero de 2023

Enrique Alfarero y el jueguico de marras

Voy a contaros un secreto: esta semana estoy de vacaciones. Yo debería estar relajándome, ahora que tengo mi casa sola hasta el viernes. Por eso de que a mi novia le gusta viajar, pero yo soy más de mantita y videoconsola. ¡Pero noooo! ¡Tengo que darle capital social a la Joanne Karen otra vez! Y ojalá sea la última, porque todo este tema me cansa. No obstante, también tenía que decirlo.

Una imagen de stock con varias cartas antiguas de Pokémon, incluyendo a Charizard, Blastoise y Venusaur, entre otros.
Mirad, yo soy une niñe cuya infancia ha sido Pokémon, y en menor medida, Digimon. He jugado todos los juegos de Pokémon de la saga principal excepto Espada y Escudo porque… Bueno… Dramas. Recuerdo haberme zampado cientos de bolsitas de Munchitos por los tazos. ¿Alguien se acuerda de los chicles Boomer? Yo sí, por las pegatinas de Pokémon. En 2016 me sentía cual Calamardo encerrado en su casa porque todo el mundo podía jugar Pokémon Go menos yo. Colecciono cartas, con cierto énfasis en cartas de Skitty y eeveeluciones. Si fuera posible, incluso usaría papel higiénico de Pokémon. Así que sí: sé lo que es pertenecer a un fandom.

La cuestión es que, por mucho que ame Pokémon con todo mi corazón, también debo ser crítique cuando toca. Y, ojalá esto nunca pase, pero si Satoshi Tajiri, el creador de la franquicia, empieza a tener comportamientos y opiniones bastante cuestionables… Bueno, se acabó Pokémon para mí. Si eso pasara, no sería nada fácil para mí, porque es mi interés especial principal. Pero de una de forma u otra lo acabaría superando, supongo.

Cambiad Pokémon por Enrique Alfarero.

Si la mentada Joanne Karen habla día sí y día también de lo terribles que son las mujeres trans y toda la retahíla tránsfoba… ¿Por qué a la gente le cuesta tanto dejar el mundo de Enrique Alfarero detrás? ¿Vale la pena comprar el jueguico de marras y mandarle a tu entorno el mensaje de que te la soplan las vidas trans? En mi opinión, por supuesto que no. Pero claro, yo soy une entrenadore pokémon, no une alfarere.

Soy completamente consciente de que este boicot apenas le va a hacer cosquillas a la susodicha. La señora va a seguir siendo rica y va a seguir tuiteando bilis contra el colectivo trans. Y aunque vosotres desde España apenas lo veáis, lo cierto es que la señora y sus amigas terfofascistas la están liando parda aquí en Reino Unido. Sí, a pesar de que son minoría, pero una minoría muy ruidosa, persistente; y que al gobierno le beneficia darles aún más bombo para que la sociedad británica no empiece a liarla por cosas como la factura de la luz o las chorrocientas huelgas que están pasando desde verano. En mi humilde opinión, hace falta una huelga general. Aunque bueno, este escrito no es sobre política británica.

Lo que es necesario entender de todo esta cuestión es: si compras, pirateas o incluso difundes el juego por medio de streams, o pantallazos o lo que sea, le das poder a Joanne Karen de dos formas: capital financiero y capital social.

El capital financiero casi que se explica solo: el jueguico cuesta dinero. Y a pesar de que la susodicha no ha estado involucrada en la producción del mismo, como usan su propiedad intelectual tiene derecho a cobrar royalties. Así que a más jueguicos se vendan, más se puede hinchar la cuenta bancaria de Joanne Karen.

El capital social es un poco más complicado de explicar. Imagina que eres un streamer. Y bueno, tú no has comprado el juego, te han dado una clave porque quieren que juegues en directo. No has soltado un céntimo por el juego. Sin embargo, el precio que pagas por el jueguico no está en tu billetera: está en tu público. Porque por muchos que a ciertos señoros les escueza, difundir material relacionado con el juego es publicidad, y gratis. Y enlazando con el capital financiero: si esa publicidad funciona, más jueguicos se venderán, y más libras tendrá Joanne Karen para más picnics con sus amigas terfofascistas.

¡Pero aquí no acaba la cosa! El capital social no es solo respecto a publicidad gratis para vender más copias del jueguico. ¡No, no! La señora es relevante porque se ha autoproclamado la líder de las terfas, y ahora cada cosa que diga, por mucho que intente recubrirlo con capas de dulce “¡Me preocupan los derechos de las mujeres!”, todes sabemos el verdadero mensaje que esconden sus palabras.

Comprando o compartiendo públicamente el jueguico de marras haces dos cosas: le dices a Joanne que te interesa Enrique Alfarero, por lo que seguirán haciendo más jueguicos, o películas o lo que se les ocurra. Ah, y como ya he dicho antes, le dices a la gente trans que te rodea que sus vidas te dan igual, que Enrique Alfarero es más importante. Hail Enrique Alfarero, se lo debes a tu yo de once añitos, supongo.

Por cierto, un inciso un poco raro… Hace poco me enteré de que Enrique tiene un juego de cartas intercambiables. Las cartas… Digamos que he visto frigoríficos por detrás más bonitos. Solo espero que a Logan Paul no le dé por esto una vez que se aburra de los Charizard y los Moonbreon, porque la turrita va a ser impresionante.

Como persona trans, cuya pareja también es trans, quiero deciros una cosa: a pesar de que sé que el boicot no va a tener un efecto real en la economía o la influencia de Joanne Karen, creo que es importante. Muchas personas trans, entre las que me incluyo, hemos empezado a ver toda la parafernalia relacionada con Enrique Alfarero como símbolos de odio. Y si la gente a nuestro alrededor no es capaz de desvincularse con la franquicia, e incluso llegar a acusarnos al colectivo de “robarles la experiencia”… Apaga y vámonos.

Por supuesto, cada cual es libre de hacer con su cartera y su conciencia lo que le venga en gana. No obstante, les demás también somos libres de actuar respecto a eso. Así que si eres alguien que, a pesar de todas las cosas horribles que Joanne Karen ha dicho y hecho, va a comprarse el jueguico, permite que te diga que habrá personas en tu vida que dejen de verte como alguien segure. Ojo, no tienen que ser personas trans, pero sí personas que sí entienden todo el meollo, y que entienden que las vidas de les demás no son debatibles, te guste o no. Tú haces una acción, y recibes una reacción. Así es como funcionan las cosas.

En cuanto a mí, tengo muy claro que no quiero relacionarme con gente así. Por eso estoy un poco pesade en Twitter con el tema. Por eso me he acabado sentando a escribir esto. Vivo en un país en el que el gobierno no quiere prohibir las terapias de conversión respecto a identidad de género, las listas de espera en la sanidad pública para sanidad trans cada vez se alargan más y más y para colmo, si eres un menor trans… Lo siento, tíe, el puto gobierno quiere que tengas una segunda pubertad. Podría seguir con toda la transfobia institucional que hay que aguantar en Reino Unido, pero podría acabar mañana.

¿Y sabéis por qué todo esto está pasando? Porque a señoras como a Joanne Karen, o a ella misma, se les está dando mucho bombo. Pasa de ellas. No les des tu atención. No les des tu dinero. No hay nada que les joda más que pases de ellas.

domingo, 15 de enero de 2023

... hace casi siete años

A decir verdad, me podría haber dado dos semanas más de tiempo para sentarme a escribir esto. Pero lo cierto es que, ya que estoy, pues me voy a poner. Eso y que debo reconocer que ahora mismo no es que esté fluyendo en ideas. ¿Quién puede pensar un domingo por la noche? Yo no.

Hace casi siete años publiqué una pequeña presentación en este blog, explicando qué me ha llevado a escribir. Pero releyéndome, me he dado cuenta de que he omitido algo importante de lo que ya no me importa hablar: el gilipollas de mi exnovio. Sí, el mismo individuo que decidió que era una idea genial echarme de su piso, a sabiendas de que no tenía a nadie que me pudiera ayudar ni medios para sobrevivir por mi cuenta. Y todo porque yo estaba pasándolo fatal debido al estrés postraumático que nunca se me diagnosticó. Eso sumado a su capacitismo hizo las cosas muy difíciles para mí.

Lo que me hizo detonar fue el día que perdí mi móvil e intenté pedirle ayuda. El muy capullo me acusó de “acosarle”. Pues eso me sentó fatal, porque aquel enero yo ya prácticamente me había buscado la vida. Sin su ayuda. Y estaba aceptando que no solo yo era más feliz fuera de esa relación: ¿y por qué mierdas me tenía yo que complicar con un alista que no se esforzaba en comprenderme? Y ahí fue cuando dije: “A tomar por culo, voy a hacerlo”.

Dejadme que lo escriba así.

Uno de los primeros blogs escritos en español sobre autismo desde el paradigma de la neurodiversidad existe porque… Un alista le tocó muchísimo las partes nobles a une autista con muy mal genio cuando se enfada.

Ojo, eso no significa que el resto de mis motivaciones no sean sinceras. Me alegro muchísimo de las cosas que he conseguido en este tiempo, aunque no sean perceptibles a simple vista. Pero cada persona que se ha dado cuenta que es autista o ha comprendido mejor a alguien que lo es ha sido y es muy importante para mí. El mundo no necesita grandes actos para cambiar, y el hecho de que sigo aquí creo que es la prueba de ello.

Cierto es que que cuando creé este blog quería trabajar en equipo y, con suerte, crear una especie de ONG o algo para ayudarnos entre autistas. No obstante, considerando mi nula capacidad social, mis pasados problemas de salud y el hecho de que siento que no podría liderar algo así, me alegro de haber aceptado que está bien escribir cuando puedo y cuando quiero. No tengo por qué aceptar la etiqueta “activista”. De hecho, siento que no es para mí. A día de hoy, siento que mi papel es darle cuerpo a esos pensamientos que otres quizá compartan, pero que no son lo suficientemente valientes para sacar ahí afuera.

De acuerdo que no ha ocurrido un cambio social muy grande. De hecho, puedo decir que en ciertas cosas hemos retrocedido (puede que sea mi percepción estando en Reino Unido, cuidado). Sin embargo, quiero decir que me llena de orgullo ver que cada vez hay más blogs, canales y todo tipo de redes sociales que hablan de autismo como algo que se es, sin juzgarlo como algo bueno o malo. De hecho, creo que el ser autista es una dualidad, porque hay cosas que son buenas, pero también otras características que todes odiamos porque nos joden la vida.

También me he dado cuenta de que, al menos en el estado español, están surgiendo asambleas en diferentes ciudades. Ya que los de arriba solo piensan en el autismo para insultar y ganar votos, ¿por qué no juntarnos y ayudarnos de forma horizontal?

Y sí, es cierto que hubo un punto en el que la comunidad autista era un poco meh en lo que a drama y cantamañanas varies se refiere, pero dejad que os dé un consejo: bloquear está bien. A menos que sea en Discord. ¿En qué estaban pensando?

Una gata negra reposa cómodamente en un sofá gris. Mira de reojo a cámara. Es Remilia, la gata de Sariel y Lia
Quiero ver el cambio que ha pasado estos siete años de la misma forma que los cambios que han pasado en mi vida. Entonces yo por no tener no tenía ni un sitio donde vivir, y ahora tengo un piso (alquilado, pero bueno), una novia que me quiere y me acepta y hasta una gata monísima y un poco consentida, ya que estamos. ¿Ha sido fácil llegar a este punto en mi vida? No, claro que no. Si hasta casi me muero literalmente en el intento. Pues algo así ha pasado en el mundo autista. Hemos tenido cosas buenas, algunas cosas malas e incluso personas que solo saben crear problemas y toxicidad, pero generalizando mucho, las cosas están mejor que hace siete años.

¿Que podrían ser mucho mejor? Por supuesto, pero de la misma forma que no espero volverme rique, o incluso moderadamente pudiente, tampoco espero un cambio brutal de paradigma en la sociedad. Porque claro, mientras ciertas organizaciones sigan viendo y vendiendo el autismo como una tragedia que afecta exclusivamente a niñOs para ir sacándole los cuartos a les demás con donaciones que no nos llegan a las personas autistas, sin dejarnos hablar a les adultes porque saben que no tienen razón, habrá un límite en lo que podamos hacer.

Y por eso es importante que haya personas sin ningún tipo de pudor o vergüenza y digan las cosas tal y como son. O, al menos, gente a la que no le importe decir verdades como puños. Quiero creer que pertenezco a este grupo. Quiero creer que soy ese sinvergüenza no binarie que no se calla ni aunque le amenacen con denunciarle. Soñar es gratis, y quiero creer que aún tengo bastante tiempo para ello. Ojalá mucho más que otros siete años.

Es más, hace dos años del día que tuve la operación que salvó mi vida. Vivo convencide de que el dios Cernunnos me estuvo protegiendo de lo que parecía una muerte lenta y casi segura sin esa operación. ¿Quién sabe?

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Wicked Rainbow es mi pequeño negocio, aparte de mi trabajo a tiempo completo. Es una pequeña tienda espiritual donde vendemos cristales, incienso y bisutería.

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