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domingo, 24 de abril de 2022

Gilipollas hay en todas partes

Nunca pensé que podría escribir algo y poner un taco en el título. Joder.

On en la primera línea.

... vale, ahí me he pasado. Pero de verdad, prometo que todo esto tiene sentido. Y bueno, puede que se me CaNcElE (?) por escribir exactamente lo que pienso, pero amiwis míes, este es mi blog y el único gasto que hago en él sale enteramente de mi bolsillo, así que si alguien quiere usar ALT+F4, guay por mí.

Llevo bastante tiempo queriendo volver a escribir, pero por ciertas cosas que he visto he sentido que quizás no era la mejor idea. La principal razón era que lo que estaba viendo en la comunidad autista hispanohablante no me gustaba un pelo. Pero ahora puedo decir que, independientemente del idioma hablado, si tiene que haber drama y salseo, lo habrá. Lo digo con conocimiento de causa después de haber visto un par de cosas en la comunidad angloparlante, las cuales merecían ser leídas con un cubo enorme de cotufas.

La cuestión es que todo el drama de los anglos, en el cual no entraré en detalles, me hizo darme cuenta de algo importante: gilipollas hay en todas partes. Y solo porque pase y resulte que les mentades gilipollas son bastante más vocales, no quiere decir que tengan razón. Y, en el drama que he visto... No, les gilipollas no tienen razón. Y si alguien quiere venir a discutirme que el autodiagnóstico no es válido, tengo escritos viejos como el vino.

Voy a entrar en un ejemplo concreto en el que estoy directamente involucrade. Pues esto pasó el año pasado, justamente cuando estaba en el hospital recuperándome de la operación que necesitaba para salvar mi vida. No vengo a organizar una pity party, pero es importante saber eso porque especulo que pasé varias horas bajo anestesia general, lo cual me suele dejar bastante cansade durante, al menos, un día entero. En esta ocasión, al ser una cirugía mayor, estimo que estuve al menos cinco horas en la mesa de operaciones, por lo que estuve bastante cansade los cinco días que estuve ingresade.

Como podéis imaginar, tenía bastante tiempo libre, ya que mi novia solo podía visitarme a ciertas horas debido a las restricciones por covid. E intentar mantenerme distraíde resultaba bastante complicado porque debido al tipo de cirugía necesitaba anelgésicos vía intravenosa, lo que limitaba mi movilidad. Eso sin mencionar que tenía unas 36 grapas en la zona abdominal sellando las zonas de mi cuerpo que fueron abiertas para operarme. Vamos, que aunque quisiera, mis únicas opciones eran tener a mano mi móvil y mi tablet, porque el incluso intentar ponerme cómode en la cama del hospital era muy doloroso.

No recuerdo bien cómo pasó, pero encontré un post en Facebook "exponiendo" a alguien por... Creer en el tarot, auras y varias cuestiones metafísicas que no recuerdo. Lo que sí sé es que, en primer lugar, la persona expuesta es conocida por no ser muy respetuoso con el género femenino. Y en segundo lugar, mi nombre estaba en una de sus capturas de pantalla. Creyendo que serían razonables, les pedí educadamente que borraran la captura de pantalla con mi nombre. Cielos, con censurarla me habría valido. Pero no. Craso error, porque quienes están detrás de la página que publicó el exposé incluso me acusaron de estar mintiendo sobre mi precario estado de salud físico y mental. Mientras estaba en el hospital. Guau. Solo porque pedí, por favor, que no se me vinculara con esa persona, cuyo comportamiento estaba siendo malo.

¿A dónde quiero llegar con esto? Veréis, debido a lo que pasó con esta página no me he sentido muy a gusto siendo yo en Internet. Y aunque mi salud física ha mejorado muchísimo y la mental aún lo intenta, no me he sentido muy inclinade a seguir vinculándome con la comunidad autista, en general. Porque el atacar a esta persona por sus creencias espirituales abre un peligroso doble estándar: puedes formar parte de una religión mayoritaria y nadie se quejará por ello. Pero si formas parte de una religión pequeña o directamente te defines como espiritual sin afiliarte a las grandes religiones, más pronto que tarde se encontrará alguna tara para echarte mierda. Y pum, considérate funade.

Y sí, este doble estándar me afecta. Porque a pesar de que se me bautizó como católique cuando era un bebé, de católique tengo bien poco. Practico cartomancia, colecciono cristales y me considero pagane. Estas últimas palabras son suficientes para acusarme de ser pseudociencia y de ser un peligro para la comunidad autista. Es más, no me sorprendería lo más mínimo si este escrito acaba publicado en esa página de Facebook en forma de capturas de pantalla. Y sinceramente, ya me da igual. No es como si hoy, después de haber estado pensando sobre todo este asunto durante días, haya decidido llamarme autiwitch. Así que nada, espero impacientemente la funa. Que la basura se saque sola, amén.

A quienes os queráis quedar, pues gracias de corazón. No tiene punto intentar crear una comunidad si vamos a estar echando o haciendo sentir incómodes a aquelles que no son males o peligroses, pero que por sus diferencias no se sienten del todo bienvenides. Incluso a les gilipollas, siempre y cuando no estén siendo activamente un peligro.

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Wicked Rainbow es mi pequeño negocio, aparte de mi trabajo a tiempo completo. Es una pequeña tienda espiritual donde vendemos cristales, incienso y bisutería.

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