martes, 6 de diciembre de 2022
Un Salvados para olvidar
sábado, 26 de noviembre de 2022
La rueda atascada
Me he tirado a la piscina… Y me he hostiado contra el fondo, más seco que un bocata de polvorones.
Pues he decidido empezar a mover la rueda que supone obtener un diagnóstico de TDAH en el sistema de salud público inglés, NHS para los amigos. Y técnicamente no he hecho nada y ya estoy hasta mi papo no binario. Genial, ¿verdad?
Por sugerencia de cierte youtuber, decidí hacer uso del Right to Choose, que es tal como suena: les pacientes que vivimos en Inglaterra tenemos derecho a elegir nuestro proveedor para ser tratades. Muchas veces eso puede significar recibir un servicio de calidad equivalente a ir por la vía privada. Con un poco más de espera, pero normalmente menos que la vía pública. Con esa información en mano, relleno los papeles y le paso los archivos a mi suegra para que los imprima.
Y aquí es donde viene la parte divertida. Le di un tercer archivo a mi suegra: mi deed poll. En pocas palabras: es un certificado unilateral que expresa mi voluntad de cambiar mi nombre legalmente. Sin abogados ni nada. Coges una plantilla que esté correctamente redactada, firmas el papel con dos testigos y hala, nombre cambiado. Que sí, que sé que esto no es válido en España, pero como seguramente no vuelva... ¿Qué más da que tenga un pasaporte feúcho con el necrónimo?
La fecha que puse en mis documentos médicos era el 15 de octubre. La fecha de mi deed poll era el 31. Dos semanas más tarde.
Efectivamente, ahora tengo dos papeles médicos con mi necrónimo porque… Entre mis niveles de procrastinación y la imposibilidad de coger una cita con el médico de cabecera hacen que ahora mismo esté muy, muy frustrade.
He intentado pedir una cita en persona, para nada. Porque con toda la movida de la pandemia y la NHS en venta ahora te obligan a rellenar un formulario online, el cual solo suele estar disponible de 8 a 9 de la mañana. ¿Y sabéis quién empieza a trabajar a las ocho exactas? ¡Exacto!
Para poneros en contexto… Cuando fui en persona era el 9 de noviembre, acompañade de mi novia por eso de la ansiedad social. La recepcionista, muy maja, pero no había forma: online sí o sí. Pues la mañana siguiente hice el dichoso formulario, el cual decía que no podrían responderme hasta el día 15.
Y el martes 15 llegó. Silencio total.
Entonces mandé otro formulario en la mañana del 16. Porque lo siento mucho, si alguien cree que mi TDAH va a desaparecer al ignorarlo… Me temo que así no funcionan las neurodivergencias en absoluto. Y no voy a mentir, el mensaje de mi segundo formulario tenía palabras algo menos amables, fruto de mi frustración. Y bum, al fin una respuesta: un médico me respondería… la tarde del 28 de noviembre. Sin más información. Un SMS diciendo eso, ya está.
Y aquí estoy, el sábado antes, que no sé si lo mío es síndrome del impostor, el hecho de que la cita que he ido pidiendo va a ser por teléfono, las cuales ODIO con toda mi alma o quizá el hecho de que sé que yo no me sé explicar por teléfono porque ya lo paso bastante mal intentando entender lo que dice mi interlocutor debido al crujir de fondo que hay en todas las llamadas de teléfono. Sí, ese crujido de fondo que la gente parece ser capaz de ignorar, pero que a mí me dificulta la vida.
Encima como algo me dice que, de ser una llamada de teléfono, mi novia no va a poder apoyarme y poner su granito de arena… Algo me dice que voy a tener que ser muy, muy insistente si quiero empezar a mover la pelota. Y lo triste es que sé que no estoy mentalmente al 100%, así que si me toca un médico gilipollas voy a necesitar muchísima ayuda para volverlo a intentar.
¿Y sabéis qué es lo que más me frustra? Yo podría estar relajándome, jugando al nuevo Pokémon, pero aquí estoy. Intentando averiguar las intenciones de mi centro médico he preguntado en Reddit si se pueden negar a darme cita y… Un señor me ha preguntado que para qué quiero que me diagnostiquen jaja salu2. No sé vosotres, pero no quiero convertirme en le cybergoth del cementerio a mis tiernos 31 añitos, ¿no creéis?
domingo, 6 de noviembre de 2022
Cuando nos echan del armario
Llego tarde, pero más vale tarde que nunca, supongo.
Resulta que el lunes, debido al acoso de ciertes seguidores, el actor Kit Connor, de la serie Heartstoppers, se sintió forzado a salir del armario como bisexual. Si este resumen ya da bastantes escalofríos, dejad que añada un pequeño detalle: Kit tiene 18 años. Es apenas un adulto.
Mirad, como alguien LGBT+, dejad que os diga una cosa: no saquéis a nadie del armario sin su permiso. No hagáis sentir a nadie sentirse forzade a hacerlo. Nunca sabéis lo que podéis trastocar en la vida de esa persona si decidís jugársela. Sé que es un error frecuente, y admito que yo misme lo hice hace mucho tiempo, pero una vez entendí por qué es una idea terrible, paré en seco. No se hace. Sin excepciones.
Ojo, esto no va ya solo por ese grupo de seguidores que, sinceramente, no sé si merecen ese apelativo. Va por esa gente que no entiende por qué esto no está bien. Porque cada uno de nosotres debería tener el poder de controlar su narrativa, y decidir cómo salir del armario, y con quién. Porque tristemente vivimos en una sociedad que hace que este proceso sea algo constante, y muchas veces tenemos que poner nuestra seguridad y bienestar primero, especialmente el colectivo trans.
Es más: dejad que comparta una historia acerca de esto, relativa a mi novia. Y sí, le he preguntado si puedo escribirla justo antes de hacerlo.
Mi novia es una mujer trans. Debido a lo despacio que se toman las cosas en Reino Unido cuando se trata de asuntos trans, mi chica decidió lanzar un GoFundMe para poder iniciar su transición médica a través de un servicio privado. Así, decidió compartir el enlace en su perfil de Facebook… Sin darse cuenta de que era accesible para cualquiera durante un buen puñado de minutos.
Tan pronto como me di cuenta, decidí advertirle. Pero sin saberlo, el daño estaba hecho.
Antes de que siga, dejad que os hable de mi cuñao. Escrito así porque el señoro es un cuñao literal. Si este chico fuera un Pokémon, sería de tipo veneno. Él nunca me ha aceptado como le novie de su hermana. Probablemente porque, en lugar de mantenerle dependiente a él, todo cuando hago es empoderar a mi novia, y eso le molesta. Tanto, que proyecta su toxicidad y sus complejos en mí. Podría explayarme, pero no creo que sea necesario.
El caso: hubo un algo que hizo que mi novia se andara con muchos remilgos a contarle a su hermano que en realidad ella era una chica. Ese algo fue el hecho de que soy no binarie. Su forma de preguntar fue lo que disparó nuestras alarmas. ¿¿¿ES SARIEL TRANNNNSSSSSS???????? Sí, como si fuera algo malo, o extraño. Nos hizo sentir bastante mal, a pesar de que nunca le debí explicaciones al cuñao.
Volvamos a la historia. Un buen (y desinformadísimo) samaritano vio el GoFundMe de mi novia, así que decidió sacar capturas de pantalla y pasárselas al susodicho cuñao. Y bueno, nos explotó en la cara.
Cuñao, comportándose como tal, cogió las noticias y, sin dudarlo ni un instante, lo habló con sus padres y su otra hermana. Los padres lo sabían, pero no la hermana pequeña.
Y así, amiwis que estáis leyendo esto, mi señor cuñao le hizo todo esto a mi novia:
- Le quitó la oportunidad de salir del armario en sus términos con su hermana pequeña, la cual parece ser bastante positiva.
- Intentó detener la transición de mi novia dándole el “chivatazo” a sus padres, cuando mi suegra simplemente lo acepta. Mi suegro… Bueno, le toca aceptarlo, supongo.
- Puso en peligro su seguridad personal. Porque todes sabemos cómo de bien trata la sociedad a las mujeres trans, ¿verdad? /s
Y así, mi novia decidió que ya tenía suficiente. Esta fue la gota que colmó el vaso. Mi novia se niega a retomar el contacto con su hermano a menos que se disculpe por esto. ¿Creéis que lo ha intentado? Yo creo que ni siquiera entiende que con esto ha metido la pata hasta el fondo.
El caso: mirad, estamos muy cansades de decirlo. Dejad que seamos nosotres quiénes estemos en control de nuestra propia narrativa. Porque nuestres adres nos pueden dar la patada, porque nos pueden echar de nuestros trabajos (aunque en muchos sitios sea ilegal) e incluso peor. ¿Es tan difícil?
Y si la persona involucrada es un menor, ¡silencio total! No hemos oído nada, no sabemos nada. ¿De acuerdo?
domingo, 30 de octubre de 2022
Mi historia de acoso laboral
- Usaba mi necrónimo. Constantemente. Y no importaba cómo de educadamente le corrigiera o hubiera otres compañeres llamándole la atención: el tío no rectificaba, hasta el punto de que un día dijo literalmente: “Te llamaré Sariel el día que tu pasaporte tenga ese nombre”.
- Hacía luz de gas todo el tiempo para salvarse el culo. El peor ejemplo es cuando le dijo a una chica que él no había cambiado los turnos de esa semana, para que ella le mostrara capturas de pantalla hechas por su hermana, quien también trabajaba en el restaurante, que probaban que Ahmed sí había hecho cambios. ¡Ooooops!
- Si cometes errores que, a sus ojos, son imperdonables, por pequeños que sean, te amenazaba con despedirte. Porque no hay nada mejor para mantener al equipo motivado que el uso de amenazas, yaaaaaaay.
miércoles, 26 de octubre de 2022
La jeta de Hellena
TW: SUICIDIO
Cuando Quevedo escribió “Poderoso caballero es Don Dinero”, seguro que no se imaginaba que su poema, después de varios siglos, seguiría siendo relevante. Desgraciadamente, vivimos en una sociedad donde el dinero lo es prácticamente todo, lo cual es bastante malo, y es que casi todas las fechorías que existen ahí afuera tienen una razón de ser: dinero.
La raíz de lo que voy a escribir sigue siendo el susodicho dinero. Más concretamente, una disputa salarial. Pero no me malinterpretéis, la disputa salarial en realidad es lo menos importante. Espero que sepáis por dónde intento ir.
A modo de resumen: hace unos días una actriz de doblaje, Hellena Taylor, se hizo viral por unos vídeos publicados en su cuenta de Twitter. En esos vídeos hablaba de la “ofensiva oferta” de darle voz a Bayonetta en la nueva entrega de la saga. Según Hellena, la oferta de empleo era poner su voz en todo el juego a cambio de 4.000 dólares americanos. Por eso, sugirió que Bayonetta 3 debería ser boicoteado, y el dinero que habría ido destinado a comprar el juego debería haber sido donado a alguna ONG.
Después de que varios medios especializados desmintieran su versión de los hechos, la actriz ha admitido que la oferta real era de 15.000 dólares. También ha dicho que todo esto es una maniobra de la desarrolladora, Platinum Games. Además, ella dijo que publicaría una lista de las 14 ONGs a las que los fans podrían donar, como sugerencia para apoyar su boicot.
Tal lista aún no ha sido publicada en el momento de redactar este escrito, dos días después de las últimas palabras de Hellena.
Hay muchas cosas que están mal en esta situación. Resumiendo el contenido de los tres vídeos que se hicieron virales, la actriz no solo está molesta con la oferta. Está molesta con la compañía que ha desarrollado Bayonetta, está molesta con Nintendo e incluso está molesta con la actriz que ha tomado su puesto. Esto último es cuanto menos curioso, porque Hellena cita como una de las razones para apoyar el boicot el hecho de que los actores de doblaje merecen más respeto y una mejor remuneración. Entonces, ¿por qué hablar de Jennifer Hale de esa manera?
Y sí, hay una razón por la que estoy escribiendo esto en NeuroAwesome.
Hellena dijo lo siguiente en su segundo vídeo: “he sufrido depresión y ansiedad, me he preocupado de verme en la calle, y eso me asustó tanto que tuve pensamientos suicidas”.
Bien, en principio no tendría problema con esta frase. Al fin y al cabo, es una persona hablando de sus dificultades mentales en un mundo donde, si no trabajas o no te valoran lo suficiente, este tipo de cosas suceden. ¿Cuál es el problema, entonces? Bien, estamos hablando de una persona que, valiéndose de mentiras por omisión, que ella misma ha admitido, ha tratado de instrumentalizar su precaria salud mental para ganarse la compasión de los seguidores de Bayonetta, como une servidore.
Mirad, soltar la frasecita “he tenido pensamientos suicidas” para dar pena no sólo es más feo que pegarle a un padre. Es minimizar a todes aquelles que hemos perdido por culpa de esto, a todes les que lo han intentado y han vivido para contarlo e incluso a quiénes nos lo hemos planteado muy seriamente. El suicidio no es un chiste: es un problema muy serio.
Tengo dos razones muy personales por las que esta trivialización del suicido me indigna. La primera: mi abuelo materno decidió quitarse la vida cuando sintió que su existencia ya no valía la pena. Debido a que esto pasó antes de que yo naciera, no sé muy bien los detalles. Aparte, el hecho de que esta conversación sea tabú dentro de mi propia ex-familia complica mucho las cosas.
La segunda razón es la que más me concierne. Para aquelles que no me conocen muy bien, estuve sufriendo diverticulitis complicada entre 2018 y 2021. Mi salud empeoró drásticamente a finales de 2019, hasta el punto que tuve que dejar de trabajar. Mis médicos estuvieron presionando a mi hospital para que me operaran, ya que era el único tratamiento que podía ayudarme. Por desgracia, debido a la llegada del covid, tal operación fue oficialmente cancelada en marzo de 2020. Entonces me quise morir. Estaba planeando cómo morir de forma rápida y sin dolor, porque ya estaba harte de sufrir, de sentirme inútil, de ser incapaz de comer, de tener que tomar una retahíla de medicación religiosamente solo para no morirme. Pero me estaba muriendo igual.
Yo no estaría escribiendo estas líneas de ser por mi novia. Y joder qué aguante, porque no me operaron hasta enero de 2021. Aguanté desde abril hasta enero sin que me diera el chungo de decir “A tomar por culo”. Creedme cuando os digo que me pasaron cosas muy mierdosas que podrían haberlo causado. Pero lo aguanté de alguna manera, y me alegro de haber aguantado.
¿A dónde quiero ir con mi experiencia personal? Escribir estas líneas no ha sido fácil. Saber que he estado a nada de intentarlo tampoco lo es. Y nunca, pero nunca, tendría los santos bemoles de usar mi sufrimiento de esta forma. Y encima mintiendo, como se ha demostrado en el caso de Hellena. Porque, si por lo menos, resultara que estaba diciendo la verdad, al menos se le podría perdonar. Sin embargo, después de que incluso ella misma haya admitido que ha mentido, ese “he tenido pensamientos suicidas” no son sólo palabras: es una instrumentalización de un problema muy serio, y del que no quiero ni necesito pruebas para saber que alguien cercane a cualquiera que esté leyendo esto lo esté sufriendo, de una forma u otra. Especialmente si es alguien autista, ya que tenemos entre 9 y 12 veces más probabilidades de morir así.
Las acciones de Hellena no solo han dañado a sus compañeres de profesión, les cuales lo van a tener más difícil a la hora de hablar de la precariedad de su sector. Sus palabras también están dañando a aquelles que vivimos con problemas de salud mental. Declaraciones como las suyas hacen que se nos tome menos en serio cuando decidimos hablar de lo que nos pasa. Y al final perdemos todes.
No instrumentalicéis el suicidio, por favor. Nunca sabéis a quiénes podéis estar empujando al límite.
¿Queréis que añada algo que hace todo esto mucho peor? Bueno, pues mientras escribía esto he encontrado un tuit con capturas de pantalla que prueban que Hellena Taylor es racista y tránsfoba. Puagh.
Actualización: 29 de octubre de 2022, 21:30 (hora de Canarias/Londres)
De las 14 ONGs publicadas por Hellena Taylor ayer en su Twitter, cuatro de ellas apoyan ideario antiabortista, según fuentes especializadas. Las ONGs problemáticas son Billboards for Life, St. Monica Church, Aid to the Church in Need UK y Missionaries of Charity.
De hecho, otra fuente se centra exclusivamente en Billboards for Life.
Mi conclusión personal es que, tratando de conseguir un mejor salario, del cual no puedo opinar con conocimiento porque no pertenezco a la industria, Hellena se ha mostrado a favor de valores bastante retrógrados, lo cual ha enfadado a muches fans de la saga (yo misme incluíde) por ser el extremo opuesto al personaje que estuvo dando voz.
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Basada en una obra en www.neuroawesome.com.