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domingo, 23 de octubre de 2022

Oye, mamá, eres autista

Llevo días pensando en si debería hacer esto, ¿y sabes qué? Debería. Pero no por ti, mamá. Sinceramente, no espero que encuentres esta carta abierta. Porque si lo haces, voy a tener que plantearme muy seriamente cómo de eficaz está siendo mi estrategia de bloquear cualquier cuenta de red social que me sea sospechosa. No obstante, sabiendo lo mucho que me has despreciado desde siempre, también puedo decir con casi total seguridad que no has intentado buscarme. Ni un poquito. Y mejor así.

Hay una verdad que deberías empezar a asumir. Eres autista. Te guste o no.

Lo sé, lo sé, esto puede resultar chocante. Sobre todo por la inmensa cantidad de capacitismo interiorizado que arrastras. El mismo capacitismo que te llevó a odiarme cada vez que intentaba ser yo misme. No importa lo mucho que odies el autismo o a la gente autista. Eres autista. Vivo convencide de que tu padre era autista. Tú eres autista, mi hermano pequeño es autista y yo también soy autista. ¡No es coincidencia!

No vengo a escribir sobre Joaquín porque al fin y al cabo yo nunca le conocí. Pero a ti sí te conozco, y una vez que mandé el capacitismo interiorizado bien lejos, lo vi muy claramente. No soy psicólogue ni nada de eso, y tampoco tengo intenciones de serlo. Sin embargo, toda mi experiencia vivida me sirve para saber si alguien puede ser autista, hasta el punto de que le he dicho a gente que ni se lo olía que lo son.

¿Y sabes qué? Ha habido personas que me han escrito después de muchos años para decirme que tenía razón.

No te digo que busques un diagnóstico profesional si no quieres. Mi suegra está en el mismo cajón. Novia y yo sabemos que es autista, y ella se lo huele también. Pero siempre dice: “A mi edad, ¿para qué?”. Y no la culpo, sabiendo cómo está el patio. Quizá tú sí necesites respuestas, o ayuda, y el diagnóstico sea la respuesta. Si ese es el caso, espero y deseo que quien te atienda sea más amable que yo. Porque no sé si lo has notado, pero yo me estoy moderando muchísimo.

Y sí, puedes usar esta carta. Le ahorrará mucho trabajo a le pobre que te toque.

Voy a empezar por lo más obvio. Lo mucho que sabes de Clint Eastwood y películas del oeste. ¿Tú crees que una persona alista sabría tanto de un tema tan concreto? ¿Así por que sí? No. Lo tuyo es un interés especial, y no tan raro.

El hecho de que prefieras comer cosas como coles de Bruselas, filetes de hígado o mejillones tiene una explicación también. Te gustan las comidas con sabores y olores fuertes porque buscas algo que te estimule sensorialmente. Eso, mamá, es muy, pero muy autista.

Hablando de diferencias sensoriales, el hecho de que te marees en todo medio de transporte habido y por haber también puede ser explicado con autismo. Tu sistema vestibular es tan sensible que técnicamente podrías marearte caminando. Y sí, está relacionado con ser autista, aunque de momento esa relación está establecida porque otres autistas adultes confirman que les pasa.

¿Te acuerdas cuando creías que te estabas quedando sorda? Los médicos te hicieron muchísimas pruebas y llegaron a la conclusión de que a ti no te pasaba nada. Bueno, puede que con la edad sí que esté pasando. No obstante… La única vez que vi a nuestra familia extendida me di cuenta de algo interesante: todo el mundo lo pasaba mal para entender cosas a la primera, y había que repetir frecuentemente. Ahora me doy cuenta de que no es sordera, son dificultades en el proceso auditivo.

Aparte, tú tienes estereotipias, solo que no son tan obvias. Cantas y hablas sola. Todo el rato. Una canción muy concreta. ¿Y sabes quién más tiene estereotipias? ¡Exacto!

Podría seguir y seguir en esos pequeños detalles que suelen escapar, pero tampoco quiero aburrir a quien acabe por leer esto. Y si estás leyendo esto, tampoco es que importe mucho que siga, porque seguro que vas a intentar desmontar punto por punto. Pero yo lo tengo claro. ¿De dónde narices me viene el autismo si no es de ti? Porque de papá ya te digo que probablemente lo que me ha tocado es TDAH. La diferencia es que a papá no lo tiraría dentro de un volcán, así que realmente no tengo razón para ir a por él públicamente.

Entiendo que te va a costar procesarlo. Es más, a mí me costó casi diez años gracias a tu capacitismo interiorizado, y eso si sólo cuento desde que a cierto psiquiatra se le escapó contarme lo mío. Pero es lo que hay. No puedes cambiar quién eres. Puedes aceptarlo y vivir feliz siendo tú misma, como yo estoy haciendo. O puedes hundirte en una espiral de odio y autodestrucción, como Francisco está haciendo. Eso si el hígado no se le ha ido ya a la mierda, claro está.

Si nuestra relación hubiera sido diferente, intentaría ayudar más en serio, pero como siempre he sido la oveja negra de la familia, esta carta es lo máximo que voy a hacer por ti; y eso es si la encuentras primero. Tu problema no es ser autista. Tu problema es cómo has tratado a muchas personas de nuestras vidas. Desprecios que sólo he podido ver claramente una vez que estaba lejos de ti. Porque ahora entiendo por qué no te gustaba un pelo la abuela, por ejemplo. O lo mucho que intentabas controlarme, como si estuvieras intentando vivir a través de mí. Lo tuyo es de terapia.

Es más, gracias a una persona que no voy a mencionar porque ni la conoces, te doy a dar un consejo de gratis: mírate lo tuyo primero, y entonces ya buscas el diagnóstico de autismo. Te lo digo porque podrías usar el ser autista como excusa, como ella adora hacer todo el tiempo. Al final, a nadie le importa que el autismo pueda ser una explicación, porque nunca para de liarla. Y a ti te pasaría lo mismo si lo intentaras, así que mejor no lo hagas.

Podría ser más crude y cruel, pero tengo suficiente con repetir los chistes de Musculitos, de Historias Corrientes. O compararte con Samina, de Pokémon Sol y Luna. Creo que no tengo que dar más detalles de lo terrible que eres, y lo feliz que soy desde que tengo mi propia familia. Y créeme, he aprendido muchísimo de tus errores. ¿Y sabes quién más debería aprender de tus errores? ¡Tú, mi madre!

domingo, 16 de octubre de 2022

Robarnos la voz

Sé que no soy la persona más adecuada para escribir esto. Pero probablemente sí sea la más sinvergüenza. Y quizá también quien tenga menos miedo a posibles represalias. Al fin y al cabo, ¿qué van a hacerle a une mindundi como yo, que ni siquiera vive en el mismo país? ¡Buena suerte, amiguites!

No obstante, no importa lo mayor que me haga ni lo ermitañe social que me vuelva, al final me acabo enterando de cosas, y como de costumbre, tengo que venir al blog a decir lo que pienso. Otra vez, párrafo de arriba. Algo de no tener vergüenza, algo de eso...

A pesar de que no paso mucho tiempo en Twitter, tuve a bien de enterarme que el pasado 8 de octubre hubo una concentración autista en Madrid. Y sí, las cursivas tienen su razón de ser.

Aunque a simple vista parecía algo correcto, quizá sea el hecho de que vivo en otro país, y por ende, estoy más desconectade de las cosas que pasan a nivel local en España, pero a posteriori, la gente no parecía muy feliz respecto a la concentración. Y luego, un comunicado quejándose de lo de siempre. Que por cierto, me han tenido que ayudar a encontrarlo porque ha sido borrado de Twitter.

¡Ahá! Ya estamos otra vez... ¿verdad?

Me consta que la organización que llevó a cabo el evento no es autista. También me consta que dicha concentración no resultó ser muy compatible con las necesidades del grupo que decían representar. E incluso contaron en espíritu con cierto profesional que hace diagnósticos... Por el módico precio de un mes de salario mínimo, más o menos.

¿Qué quiero decir con esto? Mirad, chiques, desgraciadamente como no pude estar allí mi crítica no puede ser exhaustiva. Y por favor, tomad mis palabras con algo de sal. Pero lo molesto es que existen ahí fuera personas sin escrúpulos ni vergüenza que usan símbolos de nuestra comunidad; como infinitos arcoiris; para sus propios fines personales, profesionales, o ambos. Ahora que por fin estamos empezando a deshacernos de toda la parafernalia medicalista que rodea al autismo, y a la neurodiversidad en general, tenemos que trabajar en deshacernos de aquelles que realmente no piensan que merezcamos los mismos derechos que elles.

Si somos las propias personas autistas las que levantamos la voz y hablamos de nuestras necesidades, correctísimo. Incluso si no estamos de acuerdo en ciertas cosas. No obstante, y esto es 100% personal, no considero que personas alistas deban estar al frente de este tipo de eventos. Eso para empezar.

Luego, el hecho de que no se tomaron en cuenta cosas como el ruido que puede haber en una concentración. ¡Menos mal que una asamblea independiente pensó en crear una zona de cuidados! Yo si hubiera estado ahí la hubiera necesitado, y es que el ruido es una de las razones por las que me he convertido en una ermitañe social. No lo aguanto. Colapso.

Y para rematar, los ponentes. Mirad, yo entiendo que es difícil encontrar gente adecuada para eso. Es más, yo sé que lo pasaría fatal para hablar en un evento, y al final estaría a lo: "weno, pos vais a leerme lmao". También entiendo que a veces haya que recurrir a personas relacionadas con el autismo, como adres de personas autistas. Pero lo que me escuece, y después de haberme enterado de un par de cosas gracias a un pequeño puñado de almas en Discord, es que hubo una persona muy concreta que incluso mercantilizó su presencia en el evento. No quiero decir nombres concretos porque me han advertido que tiene el gatillo flojo para denunciar. He dejado pistas, para quien sepa ver. Quizá sea la razón por la que no puedo encontrar ese comunicado en Twitter. Especulo, no afirmo.

¿Pero en serio? ¿Así es cómo están las cosas ahora mismo? Porque lo que sí recuerdo de ese comunicado es que afirmaban que a las personas autistas, como yo, las estaban silenciando y tratando de extremistas. ¿Y sabéis qué? Si decir bien claro lo que pienso es ser extremista, ¡tengo noticias para vosotres! ¡Soy une extremista!

Y luego que por qué creamos blogs, estamos en las redes sociales y a la mínima tenemos que ir dejándonos cucharas para que se nos escuche... Nos siguen robando la voz, y muy descaradamente. Pero no os preocupéis, lo bueno de que este evento haya sucedido es que puede haber más, y eso significa la posibilidad de que sean personas autistas quienes lo gestionen.

Nada sobre nosotres sin nosotres. Y si lo es, no vale nada.

domingo, 25 de septiembre de 2022

No me llames Asperger

Es muy triste que tenga que sentarme a escribir esto. Creía que toda esta situación ya había quedado resuelta allá por 2018, ¡pero no! ¡Qué equivocade estoy!

El síndrome de Asperger, como una entidad diagnóstica propia, desapareció en 2013 para integrarse dentro del espectro autista. Lo que significa que cualquier persona diagnosticada como Asperger es autista. Aunque claro, también os digo, por experiencia propia, que depende de quien te toque, te pueden poner ambas cosas en el diagnóstico. Lo digo porque en mi diagnóstico inglés dice que entro dentro del espectro autista, y luego especifican que es Asperger. Eso fue en 2016. Por suerte, en mi historial médico solo dice espectro autista, así que no me puedo quejar mucho.

Pero la razón por la que no quiero que se me llame Asperger, o se siga viendo como un término legítimo no está tanto en el hecho de que ya no es realmente un diagnóstico que se pueda dar. El por qué reside en las acciones de la persona por la cual se llama así: Hans Asperger.

Voy a ir al grano. Hans Asperger era un nazi.

Asperger no fue el primero en documentar casos de espectro autista. Ese mérito se lo lleva Grunya Shukareva, una psiquiatra ucraniana, la cual escribió sus observaciones en seis niños y cinco niñas entre 1926 y 1927. Pero claro, la barrera del idioma hizo que los trabajos de Shukareva cayeran en la oscuridad. Y para más inri, ella era judía. Podríamos decir que Shukareva es todo lo contrario de Asperger.

El problema que personalmente tengo con el término Asperger es el siguiente: ha sido probado mediante el estudio de sus archivos médicos que Asperger estuvo involucrado en el programa Aktion T4, el cual tenía como finalidad exterminar a todes aquelles que el régimen nazi consideraba discapacitades y, por lo tanto, no lo suficientemente buenos para formar parte de la raza aria. Eugenesia pura y dura.

La cuestión es que el trabajo de Asperger buscada separar a aquelles que podrían ser provechoses en el régimen nazi de los que no lo serían. ¿Alguien con buenas dotes estratégicas? Bien. ¿Alguien con una memoria casi perfecta? Genial. ¿Alguien que no habla? ... mejor no. Pero como sabemos a día de hoy, esa separación entre bueno y no tan bueno no es tan real como la quieren pintar desde la poltrona.

Por eso creí inocentemente que el término Asperger y sus derivados, como aspie, empezarían a caer en desuso debido al oscuro pasado de Hans Asperger. Quiero decir, seguir identificándose con el apellido de alguien que colaboró en el asesinato de cientos de miles de personas como nosotres no parece una buena idea, ¿verdad? Pero de nuevo, cuán equivocade estaba.

Aunque últimamente no me paso mucho por las redes sociales, lo cierto es que no necesito ni esforzarme para encontrar a gente que aún usa estos términos como si no hubiera una problemática detrás de ellos. Y desgraciadamente no creo que sea posible reapropiárselos. Sinceramente, muchísimas veces me gustaría tener las cucharas para decirles a estas personas que quizá deberían reconsiderar cómo se identifican, ya que muchas personas dentro de la comunidad autista no nos sentimos cómodes con el término Asperger. Pero nunca se sabe si una persona va a ser lo suficientemente razonable como para esuchar educadamente, independientemente de la decisión que tome. Al fin y al cabo, cada persona es libre de identificarse con la etiqueta que considere mejor, a menos que hablemos de supremacismo aspie.

En mi caso personal, voy a hacer una lista de razones por las que no quiero que se hable de mí como Asperger, aspie, aspien (yikes, otro melón que abrir) o alguno de sus derivados:

  • Asperger era un nazi. Todo lo contrario a mi ideología política, la cual podría llamar anarcoautismo tranquilamente.
  • Soy españole, de piel moderadamente morena y pelo oscuro. Me consta que tengo parientes lejanes que son gitanes, aunque mis parientes cercanes no lo son. Claramente no arie.
  • Soy no binarie y pansexual. Por lo tanto, claramente LGBT+.
  • Según Asperger, a menos que hubiera sido asignade varón al nacer, para él no sería autista. Porque claro, él nunca observó a niñas (y niñes trans, que se sepa), así que quién sabe, quizá creía que lo suyo era cosa de niños.
  • No soy une supremacista aspie. De hecho, me quejo mucho de ese sector por las burradas que dicen para endiosarse, incluyendo el hecho de que el autismo no es una discapacidad.
  • La idea de ser llamade por un término diagnóstico que ya no existe como tal suena fatal. Por eso de que les médiques necesitan actualizar sus conocimientos y, en muchos casos relacionados con la salud mental, muchos términos diagnósticos usados hace años ahora se consideran palabras extremadamente capacitistas, cada cual por diferentes razones. Al fin y al cabo, la medicina es ciencia, y por ende, está forzada a evolucionar cada vez que nuevos hechos corrigen todo aquello que no es correcto.
  • ¿He dicho ya que Hans Asperger era un nazi? ¡Putos nazis, joder!

Os invito a explorar vuestras propias razones para que no os llamen Asperger, o por el contrario, decidir si el término está bien para vosotres. En mi opinión, creo que si le damos unos diez años pasará a ser palabras como mongólique o minusválide, que cada día se ven muchísimo menos y está cada vez más aceptado que son palabras que no deberían volverse a usar por su transfondo capacitisma. Ojalá tenga razón, pero supongo que me toca tener paciencia con esto, porque cuatro años es relativamente poco tiempo para dejar de usar algo que se consideraba correcto desde los 90. En cuanto a mí, creo que no tengo nada más que añadir.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Mi TDAH-drama

... Otra vez metide en movidas de médiques, yaaaaaaay.

No sé qué pensar. Y la verdad, este escrito es básicamente la madre de todos los ranteos, porque sinceramente no sé lo que hacer. Porque ya he tenido experiencia lidiando con médiques ingleses a la hora de conseguir un diagnóstico de salud mental. Porque ya he tenido suficientes medidramas solo para que me hicieran casito con el problema de la fístula colovesical. Que, por cierto, casi me muero. 0/10, es una experiencia que no le recomendaría a mi peor enemigue.

Pero me guste o no, creo que va siendo hora de que lo acepte: es muy probable que tenga TDAH. Es más: tanto mi novia como yo lo tenemos en una alta probabilidad. Solo que, por alguna gracia divina, nos podemos complementar lo suficientemente bien para poder vivir soles.

El problema es... Hay varios problemas impidiéndome o retrasándome a la hora de decir "Mira, a la mierda, vamos a por ese diagnóstico, a ver si hay alguna medicación o algo que me pueda echar una mano y hala". Porque sinceramente, creo que lo que hace la situación fea es el hecho de que mi disfuncionalidad ejecutiva es lo que se lleva la peor parte. Puedo estar sentade en el sofá durante horas pensando en que tengo hambre. Pero claro, entre una cosa y otra, no tengo las cucharas para levantarme y coger... Una bolsa de Doritos. ¡Y ni hablar de cosas más complejas!

Transfobia

Empezamos fuerte. Qué bien.

Como sabéis, me llamo Sariel, y uso elle como mi pronombre. En inglés uso they/them. Resumiendo: soy no binarie. Y por eso, no existo. Y he tenido experiencias muy malas intentando pedir que se me respete.

Y sin entrar en el movidorro legal que supone cambiar mi nombre (tl;dr seguramente renuncie a mi nacionalidad española si alguna vez consigo la nacionalidad inglesa, y aún así me espera una montaña de papeleo), como estoy fuera del binario, pues parece que no merezco respeto. A pesar de que incluso mi novia se tiene que meter en medio. Pero, a día de hoy, el único sitio fuera de casa en el que se me respeta más o menos es... ¡El trabajo! Lo sé, sorprendente. ¿Pero médiques? No. Ni une.

Aparte, tenemos una ración muy fuertecita de mismisoginia. Porque claro, como no hay forma real de ser no binarie, la gente me seguirá leyendo como mujer. Por lo tanto, se me seguirá encasquetando una serie de prejuicios y falsedades que jugarán en mi contra. Porque claro, ¿cómo me atrevo a ser neurodivergente?

Capacitismo

Consultando el historial médico que la NHS tiene sobre mí, tengo un diagnóstico formal de autismo. De hecho, aparece como espectro autista. Mi médico de cabecera me ha diagnosticado informalmente con depresión y ansiedad. Y si alguien se aburre mucho leyendo mi historial, puede ver que incluso se me recetaron antidepresivos en 2016, que nunca he tomado por razones que no vienen a caso.

¿Qué significa todo esto? Si la suerte no está de mi parte, quien acabe por verme puede achacar todas mis dificultades al hecho de que soy autista. Cuando, sinceramente, no creo que sea el caso. Y si eso pasa... Quita, no quiero pensar.

Sí, hay mucha gente ahí afuera que el autismo y el TDAH no pueden ir juntitos de la mano (?, por eso de que se solapan. Pero solo porque algunas cosas se solapen no quiere decir que no pueda ocurrir. Y me huelo que esto me puede pasar, en parte por mismisoginia, en parte por capacitismo, y es horrible.

¡Y otra cosa! Quien le puso el nombre al TDAH no estaba usando la cabeza, porque esa H al final es por Hiperactividad, lo que significa niñOs corriendo sin para durante horas, según cierta gente. Y no, amigues, esa hiperactividad normalmente es mental. ¿Y a qué viene esto? Quien vaya a diagnosticarme me verá, se dará cuenta de que estoy gorde y pensará que cómo puñetas puedo ser hiperactive y, por lo tanto, tener TDAH, si estoy gorde. Que sí, es ignorancia, es capacitismo y también es gordofobia. Pero al final la persona perjudicada soy yo. Y vaya mierda.

El sistema médico y políticas

Bueno, como ya podéis adivinar... Les médiques en sí mismes son parte de mi problema. Porque parece ser que no saben respetar a aquelles que nos salimos de la cisheteronormar. Porque seguro que achacarán todos mis problemas al hecho de que soy gorde y... Vivo en un país en el que la salud mental no se trata: se maltrata.

Para aquelles que no sepáis cómo van las cosas en Reino Unido: es el médico de cabecera quien te tiene que referir al servicio de salud mental que te toque. Y eso normalmente significa AÑOS de espera. Y luego, hacen las cosas muy malamente. Pero muchas veces no porque quieran: es porque el gobierno les obliga. Porque quieren que esto se convierta en Estados Unidos 2: Electric Boogaloo.

Es por eso por lo que llevo un año esperando a que me arreglen mi problema con las muelas del juicio. Como en mi caso es un procedimiento complejo que requiere anestesia general: me toca esperar. Al menos un año (que ya ha pasado). Y lo mismo me pasó con la cirugía para ayudarme con mi fístula. Sí, a pesar de que me estaba muriendo. Un año y un mes desde que mi médico de cabecera empezó a presionar con el asunto.

Ni se os ocurra votar a partidos de derechas, porque esta es la clase de cosas que pasan. O como puedo decir desde el pasado lunes: nuestra primera ministra es la cabeza de un gobierno ilegítimo, ya que no ha sido elegida por el pueblo. Eso sin mencionar que la señora es una fangirl de Margaret Thatcher.

Dinero

Que sí, hay una forma de evitar la transfobia, el capacitismo e incluso esperar dos años para que luego me digan "Llama a este número en dos semanas o te quitamos de la lista de espera".

... ¿tenéis 800 libras?

Porque ese es el precio más barato que he visto para un diagnóstico. Privado, obviamente.

Sinceramente, me he estado planteando ir por esta ruta porque siento que me estoy deteriorando muy rápido, y esperar años puede ser una idea terrible, especialmente si resulta que tengo razón y necesito tratamiento y/o terapia.

Pero claro, luego también está el asunto de que la NHS podría ver mi diagnóstico privado y decir: "Mira, no conocemos a este señore, así que este papel no es válido". En caso de necesitar medicación, esto puede ser un problema muy grave, porque debido a la transición de mi novia soy muy consciente del precio de prescripciones privadas. Y eso que mi novia tiene suerte y su tratamiento cae en la parte baja de lo mucho que puede costar transicionar.

El capitalismo tardío se nos está quedando cojonudo, supongo.

... ¿Conclusiones?

¿Y qué hago? En serio, ¿qué hago? ¿Hago el papeleo del cambio de nombre y tiro a lo público? ¿Ahorro y voy a lo privado? ¿Todo? ¿Me aguanto y me deterioro hasta que acabe en el hospital?

En serio. Ser neurodivergente en esta sociedad es una mierda pinchá en un palo. Que ya bastante tengo con que me digan que no hay apoyo o servicios para adultes autistas porque... ¡Somos adultes, ties! ¡Adultes! ¿Y si le añadimos el TDAH? ¿Qué hacemos? Porque según la sociedad no lo estoy haciendo tan mal si tengo un trabajo, vivo con mi novia y nos apañamos bien.

Claro, hasta que llegan las ocho de la tarde y estoy medio muerte en el sofá pensando "Tengo hambre, quiero comer, hay comida pero... ¿Qué hago?"

RoundSariel RantyPants, ¡fuera!

domingo, 31 de julio de 2022

El Orgullo no es una fiesta

Y si crees que es una fiesta, necesitas una lección de historia.

Pero dejad que empiece por contaros cómo mi novia, autista como yo, y muy posiblemente también TDAH, pasó de "Me apetece ir al Orgullo de Liverpool como yo misma" a "Incluir a discapacitades y neurodivergentes no debería ser algo de lo que se pueda prescindir". Ella usó el término afterthought, que en este contexto es algo difícil de traducir incluso para mí. Pero la idea está clara: muy bonito y colorido, pero no para nosotres.

Lia estaba pensando en ir al Orgullo presentándose como la mujer que es. De hecho, esta hubiera sido la primera vez que hubiera sido ella misma en público. Y, a pesar de que las hormonas claramente están haciendo cambios, es bastante complicado tener un buen pase. Así que nada, supongo que me tocaba ir con ella, porque si algo he aprendido en estos 31 años de vida es que gilipollas hay en todas partes, y si me toca liarme a hostias con alguien por ir atacando a mi novia por ser trans, no me importa hacerlo. Aunque tenga las de perder. Aunque odie ir a Liverpool los fines de semana con toda mi alma porque parece que la gente se multiplica como conejos. Amor, lo llaman.

Pues llega la noche del viernes. Por decirlo suavemente, estoy hasta los cojones de todo. Y sí, esta es la forma suave de decirlo. Llegué a mi casa del trabajo a las ocho de la tarde gracias a la huelga de transporte en mi área; me dicen en el trabajo que no puedo llevar mis propias camisetas porque obviamente no son el uniforme, y les da igual si los polos me hacen sentir fatal cuando hace calor y encima; volviendo a la huelga, teniendo que caminar un kilómetro cuesta arriba después de ocho horas de trabajo, pierdo como dos horas de mi vida esperando y caminando al lugar donde tengo que coger el autobús. Eso o pagar un taxi. Pero claro, ¿puedo estar gastando entre 10 y 20 libras de taxi a diario solo para no perder mi trabajo hasta que la huelga acabe? Creo que la respuesta está clara.

Es entonces cuando Lia me advierte de que quizá debería reconsiderar el acompañarla. Al parecer, aparte del Orgullo, había un festival a las afueras de la ciudad. Eso sumado al típico bullicio del fin de semana tenía mala pinta. Y yo, inocente de mí, y cabreade con mi trabajo por hacerme gastar dinero en camisetas negras, le digo que en cierta forma necesito ir, y que me importa su seguridad.

Tendría que haber escuchado a mi novia. Es más, quedarnos en casa hubiera sido muchísimo mejor, porque es ayer sábado cuando Lia cambió de idea respecto a ser ella misma. "Creo que no debería arreglarme. El tren va a estar muy lleno y me da miedo. Ya sabes cómo es la gente". Respeto su decisión y vamos hacia la estación. Y entramos en el tren.

Y os juro que me quería morir.

El tren estaba tan lleno que apenas había espacio para respirar. Lleno hasta el punto de que no me sorprendería en absoluto si en un par de días amanezco con covid.

Y la gente (no los llamo cosas peores porque bueno) estaba de parranda y bebiendo. A mediodía. Del sábado. Yaaaaaaaaay.

Solo diré que no tuve un colapso completo porque mi novia es la persona que mejor me entiende en este mundo y sabe cómo ayudarme. Pero, y ahora sí, los gilipollas de turno se estaban descojonando de mí, cuando yo claramente estaba llorando y deseando bajarme de ese tren. Y luego la sociedad se pregunta por qué soy más feliz viviendo prácticamente como une ermitañe. No sé, ¿quizás por la forma en la que se me trata por ser autista? Noooo, probablemente porque soy una malcríade y estoy claramente equivocade.

Después de quince minutos más largos que un día sin pan, llegamos a Liverpool. Y salimos de la estación. Y con la misma que Lia ve el bullicio sonoro del desfile, se da cuenta de que no quiere unirse. No por miedo, ya que no llevaba nada que la identificara como trans. ¿Qué mierda pinta una batucada en esto? Y decide que el Orgullo no es para ella. Por mucho que usara sus cascos, los cuales doblan como canceladores de ruido, no había forma humana de reducir lo suficiente el ruido de la dichosa batucada. Y luego el hecho de que tampoco es que hubiera muchas oportunidades de mantener cierta distancia social.

Y esa fuera la primera vez de muchas que dije "El Orgullo no es una fiesta" con pura frustración.

Me gustaría poder escribir que al final reunimos cucharas y decidimos unirmos y nos lo pasamos genial... Pero eso sería mentir. Porque después de todo el percal solo para llegar ahí ya nos habíamos quedado sin cucharas, sobre todo yo. Es más, me gustaría decir que todos nuestros planes fueron genial aparte del Orgullo, pero eso también sería mentir. Resumiendo: ayer sábado fue un día de mierda. O al menos lo fue hasta que volvimos a casa.

Mi reflexión de ayer, ahora que he dormido bien y me siento mejor, es que no podemos tener una comunidad arcoiris que sólo es capaz de acoger sólo a les miembres no discas y neurotípiques, y que al menos en Reino Unido no tenemos lugar para fiestas ahora mismo. Dejad que elabore.

Algo que constantemente se critica de la comunidad LGBT es que no es precisamente accesible si eres disca o neurodivergente. El hecho de que la principal actividad para celebrar nuestra existencia sea un desfile en el que el ruido y el bullicio son la norma excluye a una buena porción de la comunidad. Algunes usuaries de sillas de ruedas podrían unirse, pero otros quizá no. Les autistas como mi novia y yo directamente huiríamos en dirección contraria del desfile porque la idea de tener un colapso no suena precisamente bien. Personas con ansiedad social podrían no sentirse a gusto con el bullicio y también huirían despavoridas. Y así, muchísimos más ejemplos.

¡Ojo! No estoy criticando la existencia de los desfiles. Siento que son necesarios porque, por mucho que a cierto grupo de gente no le guste, el Orgullo Cishet (?) son los otros 364 días del año. Y porque ser heterosexual y cisgénero no te convierte en parte de una minoría oprimida, por mucho que el grupito vocal que piensa que esto no es verdad quiera creer. Es más, me alegra que existan los desfiles. Me alegró ver gente llevando la bandera pansexual y la bandera no binaria como capas. El problema es que no toda la comunidad LGBT puede formar parte del evento más importante porque no es accesible. Es algo que hay que cambiar.

En cuanto a la razón política por la que no deberíamos estar celebrando, al menos en Reino Unido, es que con todo el mundo girando peligrosamente hacia la derecha, las burradas que el gobierno británico está cometiendo contra la comunidad trans deberían ser clasificadas como violaciones a los derechos humanos, si es que ya no lo son. Como por ejemplo, prohibir las terapias de conversión cuando se refieren a orientación sexual, pero no a identidad de género. O pasarse la totalidad de un debate sobre legalizar la existencia de las personas no binarias hablando de lo malas que son las mujeres trans, especialmente en los baños. ¿Gente no binaria? ¿Qué. Es. Eso? Y estos son los ejemplo que se me vienen a la mente primero, pero me apuesto que hay más. Y más que vendrán, porque la señora que tiene más papeletas de convertirse en la ilegítima primera ministra ha estado apoyando el ideario transexcluyente.

En resumen: sí, hemos avanzado muchísimo en estos 50 años, hasta el punto de que es posible celebrar nuestra identidad LGBT. No obstante, estas celebraciones no son accesibles para todes les miembres de la comunidad LGBT. Además, la mayoría de los gobiernos del mundo no están por la labor de proteger o mejorar los derechos que hemos ganado a golpe de luchar por ellos.

¡Y eso sin mencionar el capitalismo rosa! ¡Yaaaaaaaaay!

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